{{ {¿Los aumentos salariales son los responsables de la inflacióNº Al menos es lo que afirma el ministro Lavagna.} }} .
{{José Rigane:}} Puro cuento, puro verso, de eso se trata cuando se acusa al salario como responsable inflacionario. Los salarios han sido los más perjudicados y donde la recomposición es negativa, desde el 75 a la fecha. En un país donde nos impusieron (dictadura mediante y democradura después) un modelo económico social, que venera y tiene como dios al mercado (o sea la economía al servicio de Techint; Arcor; Camuzzi, Repsol; Telefónica, Telecom, etc.) donde el salario ha sido lo mas castigado y es lo más retrasado. Entones esa afirmación no es nada más ni nada menos que seguir consolidando una economía que crece, pero que sólo puede disfrutar una minoría. Una economía que sigue concentrando y centralizando riqueza, mientras la mayoría del pueblo, creador de los mejores momentos económicos, sigue relegado y sumergido en la sobrevivencia, sin horizonte claro. .
En un contexto de auge del desarrollo organizativo de los trabajadores, en la lucha por sus reivindicaciones, entre ellas el salario y en un marco de fragilidad laboral (más del 70% de los trabajadores están precariza-dos, en negro, flexibilizados, subcontratados, etc.), la afirmación de Lavagna va en el mismo sentido político que cuando, no hace demasiado, afirmó que los salarios se debían aumentar de acuerdo al aumento de la productividad (otro verso). En realidad, el ministro sigue defendiendo y jugando a favor de las empresas multinacionales.
{{ {Hay una historia dentro del empresariado argentino, ganar lo más posible pagando lo menos posible. Ahora cargan con la metodología ya conocida, la inflación. ¿Qué medidas debe implementar un gobierno para que esto no suceda? .} }}
Debería implementar políticas en función de los intereses y necesidades de los más necesitados, en función del pueblo, de la inmensa mayoría. Pero nada de eso sucede. Este gobierno sigue apoyando y alentando a las multinacionales. A) No hay una nueva distribución de la riqueza, sigue la de siempre. B) No hay una disminución de la pobreza y los más ricos son más ricos y los pobres más pobres. C) Los subsidios del Estado, impulsados por el gobierno, ¿para quiénes son?: para las empresas multinacionales, que no invirtieron, (no hubo capitales de riesgo) y desde el 90 tuvieron políticas desde los ámbitos gubernamentales sólo para favorecerlas.
Hay subsidio para el transporte, para el gas oil, para explorar en petróleo, para los ferrocarriles, para las compañías de aviación, para las empresas a cargo de las rutas nacionales, para las generadoras que usan combustibles líquidos,.. y así de seguido. ¿Qué tiene que ver esto con una nueva distribución de la riqueza y el final de la indigencia y la pobreza? Tiene que ver con un subsidio de 30 pesos para un millón de jubilados.. ¡Subsidio¡ Tiene que ver con no reconocer más salario para los estatales, tiene que ver en crear fondos fiduciarios en el ámbito energético para hacer obras que finalmente pagan los usuarios con sus aportes desde la facturas; y encima administran las propias privadas, como acontece con el gasoducto que realiza Techint desde Bolivia (una parte sólo se reacondiciona).
Pienso que, entre otras iniciativas, el gobierno debería poner en “caja “ a las 200 empresas más importantes del país, las que ganan 500 y 600 dólares por minuto, que son las verdaderas formadoras de precios en el mercado, por que son oligopo-lios que manejan desde la producción hasta la comercializa-ción del último producto que producen. .
{{ {Vamos al sector energético ¿cómo es la situación de las empresas y los aumentos castigo? .} }}
En el ámbito energético la situación es complicada, por varios aspectos. 1) hay una reafirmación de anteriores políticas a pesar de la iniciativa de crear Enarsa, decisión que saludamos y a la vez criticamos la forma de su conformación, por no ser una empresa totalmente en manos del Estado. Reafirmamos: el camino no es la reprivatización. 2) Estamos en el marco de una crisis energética que se agrava, que es estructural, que requiere del gobierno políticas para cambiar el modelo energético cuyo fracaso, nadie, seriamente, puede eludir y menos aún, negar. ( Un modelo que se basó en la propiedad privada, la extranjeriza-ción y la segmentación de los sectores energéticos.) Y 3) Existe una violación permanente por el gobierno y el organismo encargado de discutir, de acuerdo a la ley de emergencia económica vigente, los contratos de concesión y las tarifas, hoy vemos que estas últimas se readecuan, no hay discusión de los contratos, se reconocen mayores costos a las empresas, y encima, con sólo la promesa de suspender las demandas ante el CIADI, ya suman más de 26.000 millones de dólares las presentaciones en ese ámbito en contra de los argentinos.
{{ {A los acuerdos con algunas empresas, se los saluda como un éxito. Por supuesto, con motivo de las elecciones, esos acuerdos están en carpeta y sólo verán el decreto presidencial, con los aumentos de tarifas luego de las elecciones, no antes, por razones obvias.} }}
Entonces, en ese contexto de oligopolio energético en manos de dos o tres empresas, fundamentalmente multinacionales y que manejan el ámbito a su antojo, son una traba concreta para la recuperación del patrimonio nacional a manos del pueblo y el desarrollo de políticas para una integración sólida con el resto de los países de América Latina, sobre todo en la defensa de nuestros recursos no renovables y poder enfrentar las políticas del imperialismo yanqui que viene por todo y por todos. .
{{ {Una última pregunta. ¿Estamos ante un gobierno nacional con doble discurso? La brecha entre ricos y pobres sigue en aumento. ¿Cómo ve usted esta situacióNº .} }}
No es fácil esa afirmación. No porque no existan elementos objetivos que la confirmen como tal, sino porque, si sólo nos quedamos en la crítica o el apoyo al gobierno, tapamos nuestras propias debilidades y no profundizamos sobre lo que tenemos que hacer nosotros, los trabajadores y todo el pueblo, en función de nuestros intereses.
En nuestro caso, lo prioritario es construir la Central de Trabajadores, la CTA, y esto no lo digo para irme por la tangente. Si no recuperamos la identidad de clase, estamos listos. Para eso hay que reafirmar nuestras nuevas organizaciones, si es que estamos convencidos de que son lo nuevo, que no significa idealizarlas como tal, pero sí poner allí el esfuerzo, en la construcción, el crecimiento y desarrollo organizativo. .
Si nos seguimos mirando el ombligo propio, si seguimos privilegiando las identidades propias y no las nuevas, que nos reconoce a todos, nos equivocamos y no ayudamos a que el proceso transite la vía imprescindible, que no puede ser otra que la que el pueblo necesita para garantizar otro presente, y un nuevo futuro. Hay que consolidar, ayudar y acompañar esta ola de luchas y moviliza-ciones que se dan alrededor del salario, con viejos y jóvenes laburantes, pero eso no se resuelve desde la interna de un partido político. Y menos si aparecen los mascarones de proa, que en el ámbito de la burocracia obrera son el lavado de lo viejo. Ahí hay que ayudar a diferenciar la paja del trigo.
Esto no va en desmedro (aunque cada uno decide dónde poner el mayor esfuerzo) de lo político partidario, aunque no es en ese campo donde se resuelven todas las contradicciones. Pero si de poder se trata y de la construcción del mismo, el esfuerzo se debería poner en el ámbito y la fuerza que desequilibra, y esa no es otra, a pesar de lo pasado, que la clase obrera, en toda su amplitud. .
Con ese poder, no habría que temer ningún discurso, ni a ninguna política, que se exprese de una manera y en la práctica se manifieste de otra.