Desde el locutorio del penal de Rawson, el lunes 12, (N de R: del mes de julio de 1972) Agustín Tosco, dirigente sindical cordobés (detenido el 28 de abril del año pasado a disposición del Poder Ejecutivo), contestó este reportaje cuyo formulario le fue entregado por su abogado defensor, Hipólito Solari Yrigoyen, a pedido de PRIMERA PLANA.
{{PRIMERA PLANA: ¿Cómo define usted la tendencia que representa dentro del panorama gremial?}}
AGUSTÍN TOSCO: Los Gremios Independientes de Córdoba constituyen un importante grupo de Sindicatos, no embanderados partidariamente, pero con una clara política de unidad combativa dentro del movimiento obrero.
Sostienen que el sindicalismo no es sólo un medio de reivindicación económico-social de la clase obrera, sino que debe constituir una palanca política principal, en coincidencia con los demás sectores populares, para la liberación nacional y social argentina. Dentro de ese concepto han votado y sostienen la consigna fundamental aprobada por la Regional Córdoba de la CGT de llevar adelante “la lucha antiimperialista hacia el socialismo”. Adhieren a la Comisión Nacional Intersindical y definen una básica identificación con la CGT de los Argentinos y los Gremios Peronistas Combativos, de acuerdo a lo fijado por los Programas de La Falda y Huerta Grande, el Manifiesto del 1° de Mayo y el Documento de Octubre.
{{P.P.: ¿Cuál debe ser, a su juicio, la misión del sindicalismo?}}
A.T.: En todo el país, que como el nuestro, lucha por su liberación nacional y social, el sindicalismo debe cumplir fundamentalmente la doble función que marca el proceso de la clase obrera y el pueblo.
Por lo tanto le corresponde encarar la reivindicación consecuente de los derechos económicos, sociales, políticos y culturales de los trabajadores y simultáneamente sumar los máximos esfuerzos desde su terreno específico para que políticamente el poder sea ejercido por el Pueblo.
{{P.P.: ¿Cómo ve Agustín Tosco, desde la cárcel, la convocatoria de Alejandro Lanusse a un Gran acuerdo Nacional?}}
A.T.: Desde el mismo momento que se dio a publicidad el denominado Gran Acuerdo Nacional, lo denunciamos como un claro propósito continuista del actual régimen usurpador; como un intento mal disimulado de pretender entrampar al Pueblo argentino en una supuesta salida institucional que sirviera a los objetivos de la oligarquía y del imperialismo; como un sinuoso plan para montar una gran farsa electoral para dar una imagen de un consentimiento popular, a lo que el Pueblo no sólo no elige sino que rechaza terminantemente.
El GAN es un aparatoso gigante con pies de barro. Tanto como cayeron las mentiras y ficciones de las anteriores etapas de la mal llamada Revolución Argentina ante la poderosa verdad del Pueblo, así también sucederá con el GAN. Absolutamente nada de lo que surja de la mentalidad conservadora reaccionaria de los detentadores del poder puede conjugarse con la voluntad soberana de los argentinos.
Tan es así, que el 31 de mayo desde San Nicolás, Alejandro Lanusse se ha visto obligado a desnudar hasta las entrañas del GAN: pactar a espaldas del Pueblo y al pie de la Dictadura; imponer la “acuerdocra-cia” y enterrar el “juego limpio” que tan siquiera se recordó; convenir, no ya sólo las características y contenido del continuismo, sino hasta… ¡su filosofía!. Ni el general Agustín P. Justo había llegado a tanto en sus pretensiones.
El discurso del 31 de mayo constituye así una referencia mistificadora de la historia, de las ideas políticas, de la lucha de nuestro Pueblo y de sus genuinas aspiraciones.
Además, con sus sofismas discursivos, Lanusse pretende fabricar realidades que no son otras que las que interesan sostener a las minorías explotadoras y a los grandes monopolios internacionales.
La verdad de nuestra historia es que el Pueblo, con sus pronunciamientos, movilizaciones y luchas, determinará inexorablemente que su voluntad de Justicia Social, Soberanía Popular y Liberación Nacional sea respetada. Así sucederá, más allá de las tutorías, los grandes acuerdos o los golpes de estado, como variantes reiterativas de un sistema y un régimen en irreversible decadencia.
{{P.P.: El Ministro Mor Roig, en declaraciones periodísticas, ha minimizado el problema de la tortura en el país. ¿Coincide usted con esa apreciación?}}
A.T.: Bajo ningún punto de vista. Mor Roig trata de descargar su inoperancia como ministro político del régimen, desmintiendo o minimizando lo que es la dramática realidad de una constante y probada violación a los más elementales derechos humanos en Argentina, hasta el grado de la barbarie organizada para la tortura a muchos prisioneros políticos y sociales -hombres y mujeres- de nuestro Pueblo.
{{P.P.: ¿Cómo vislumbra usted el camino hacia el socialismo nacional?}}
A.T.: El camino de todos los pueblos hacia el socialismo lleva intrínsecas las características nacionales de cada país.
Resultaría aventurado señalar un camino específico y esquemático. Sí hay un ancho camino por el que transitan simultáneamente todas las fuerzas que luchan en todas las escenas de la vida nacional para erradicar un sistema de opresión, injusticias y miseria y construir una nueva sociedad, más justa y más humana. La unidad de esas fuerzas será un factor de aceleración del proceso histórico, con el cumplimiento de las etapas intermedias que deben recorrerse y con el aprovechamiento de las coyunturas favorables, cualesquiera que fueren, compatibles con el objetivo fundamental trazado.
{{P.P.: ¿No cree usted que resistirse a una opción política concreta a nivel nacional colocará a su tendencia, tarde o temprano, en el callejón sin salida de un aislacionismo estéril?}}
A.T.: Nuestra lucha, ni la opción de la unidad de las fuerzas políticas populares, tal como lo expresé precedentemente, de ninguna manera puede colocarnos en un aislamiento estéril: porque la unidad y la lucha están en la conciencia y el corazón del Pueblo.
¿Qué otra cosa expresarían entonces la infinidad de movilizaciones populares masivas protagonizadas heroica-mente en los últimos años?
¿Y la de tantos hombres y mujeres argentinos que por su militancia popular y revolucionaria responden con su libertad o con su sangre por esos mismos ideales comunes?
Allí estuvieron y están todos los que, sin distinciones partidarias, luchan efectivamente por la liberación del Pueblo y la Patria.
Aquí, los que estamos en la cárcel, ratificamos nuestras posiciones manteniéndolas indeclinablemente, con el pleno optimismo que la causa popular y liberadora triunfará.
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{{{El día que el Gringo estuvo en Mar del Plata.}}}
A los pocos días de salir de la cárcel de Rawson (hecho ocurrido durante noviembre de 1972), Agustín Tosco presidió un acto público en el cine teatro San Martin. Corría ya 1973 y el sueño el país de pie estaba en las manos.
“El teatro estaba repleto, había mucha ansiedad por parte de muchos de nosotros de ver a Tosco nuevamente”, aseguró a 8 de Octubre el Dr. Alfredo Battaglia, “yo ya lo había conocido en unas Jornadas de Derecho Laboral que se realizaron en Carlos Paz, un tiempo antes de su detención”.
“Fue imponente verlo a Tosco acercarse y sentarse en la cabecera de la mesa. Creo que en ese tiempo nadie medía la importancia de Tosco, ni siquiera dentro de la izquierda o el progresismo nacional, tuvieron que pasar muchos años para ratificar su importancia no sólo dentro del movimiento obrero, sino en el proceso histórico nacional. Tosco fue un visionario, un anticipado y sin lugar a dudas, muchos de sus conceptos, hoy en boga, como los de la unidad, avalan esta mirada”, afirma Battaglia, quien describió al Gringo “un hombre muy simple, profundo en sus posiciones, pero simple en sus conversaciones. Era un trabajador más.”
El compañero Juan Con-treras, que en esos años militaba en la Juventud Comunista y que también asistió al encuentro, coincide con la descripción de Tosco que hace Battaglia, “la apariencia era de un laburante, hablaba pausado, directo, sin rebusques”.
La presencia de Tosco conmocionó la ciudad, Contreras afirma que cuando Tosco ingresó al teatro “una ovación enorme y aplausos muy prolongados ganaron el ambiente por varios minutos”.
La coyuntura política de esos años y la mentada salida desde el socialismo que propugnaba Tosco fueron temas del encuentro, a Juan le queda en el recuerdo la minuciosa y extensa descripción que hizo el Gringo al abrir su discurso. “Fue muy fuerte escucharlo describir las condiciones de su encierro con tanto detalle”, recordó el compañero, emocionado.
Contreras, también, trajo a la memoria que el maestro de ceremonias del encuentro fue el recordado compañero de Luz y Fuerza Mar del Plata, Fausto Reyna.