Es ahí cuando se cierra el círculo en que todos los actores se posicionan y terminan por poner en evidencia sus verdaderos intereses. Lo terrible es que todos reconozcan la justicia del reclamo, menos quienes son responsables de otorgar y admitir al denunciante en todos los espacios que corresponda, y con todas las garantías y derechos que eso implica.
Pongamos esta idea, abstracta hasta ahora, en nombres y situaciones concretos. Y veremos cómo en teoría es fácil que se razone de esta forma, y en la realidad siguen ocurriendo casos de discriminación y raleo inadmisibles, injustificados. Más allá de los intereses y los miedos de las partes.
Decimos esto porque hay miedo de que la Central de Trabajadores Argentinos tenga su Personería Jurídica. Y también porque hay una serie de intereses, evidentemente mal intencionados y puestos en que nunca sea reconocida completamente y en su total grado ante el gobierno como lo que realmente es, aunque no se le reconozca: la única central de sindicatos y asociaciones de trabajadores que verdaderamente representa los intereses de los obreros y sus entidades de primer grado. En claro enfrentamiento de ideas y objetivos con quienes se han encargado, histórica y sistemáticamente, de traicionar a sus propios afiliados, negociando con la patronal o con las autoridades gubernamentales de turno.
Intereses y miedo que apuntan claramente a evitar que nos sentemos a la mesa en la que se discuten los derechos laborales, la seguridad, el salario, las garantías, el seguro y otras formas de cobertura, la jubilación, las coberturas patronales y estatales; la dignidad de todos y cada uno de los compañeros.
Se le tiene miedo a una historia de coherencia y de lucha, en la que nuestro brazo no pudo ser torcido por prebendas. Una historia en la que la militancia por la dignidad del trabajador sirvió para definir una identidad. Lo que seguramente no es bien visto por aquéllos que hacen de cualquier reclamo una puerta a acuerdos o negociaciones en las que las garantías de sus representados no es justamente la bandera más importante a defender.
Y todo esto, que se niega a ver el gobierno, o que justamente por verlo retrasa nuestra incorporación, es visto sí y claramente por la sociedad. La sociedad adhiere y alienta este reclamo que realizamos. Como lo hacen otros sectores de nuestra sociedad, ajenos a motivaciones malintencionadas. Como lo hizo nada menos que la Organización Internacional del Trabajo en su último encuentro de Ginebra, en el que estuvieron presentes los compañeros José Rigane, Pedro Wasiejko y Horacio Meguira en representación de la CTA.
{{Allí, la Comisión de Normas de la OIT resolvió sancionar al gobierno argentino por la incompatibilidad de la Ley de Asociaciones Profesionales con el Convenio 87 de Libertad y Democracia Sindical de dicha organización internacional.}}
“En Ginebra hemos logrado un hecho muy importante, porque la OIT apoyó nuestro reclamo por libertad y democracia sindical y resolvió sancionar al Gobierno argentino”, enfatizó Horacio Meguira, titular de la Asesoría Jurídica de la CTA y uno de los delegados de la Central en la 93º Conferencia anual de Ginebra. Luego de la presentación del caso y de las distintas exposiciones -tanto de los trabajadores como del Gobierno nacional- el organismo resolvió enviar a nuestro país una misión de técnicos que analizará la incompatibilidad de la Ley sindical con el Convenio 87 de Libertad y Democracia Sindical.
“El Gobierno argentino tendrá que hacer las modificaciones de la ley para tener compatibilidad con este Convenio. Hoy la OIT le pidió a las autoridades nacionales poder constituirse en la Argentina a efectos de participar y debatir sobre cuáles son los artículos que hay que modificar para lograr esa compatibilidad”, informó Meguira.
Por su parte, José Rigane, nuestro Secretario General y Secretario de Interior de la Central, indicó que la medida salió “a pesar de la negativa y los esfuerzos realizados por la CGT para que el caso no se tratara” y recordó que “ya cuatro comisiones técnicas enviadas por la OIT han estudiado la incompatibilidad entre nuestra Ley y el convenio 87 de la OIT y no se ha avanzado en este tema”.
{{{También otros países}}}
Así como destacamos que la sociedad de nuestro país, en su mayoría apoya cada uno de los reclamos que la CTA lleva adelante para denunciar la no obtención de la personería, y la imposibilidad de ser reconocida como central obrera, también es importante señalar el apoyo que obtenemos en este sentido, de parte de las organizaciones de trabajadores de diferentes lugares del mundo. Desde la Central Sindical de Bélgica, pidieron que se le exija al Gobierno nacional reformar la ley sindical. La CISL de Italia, Comisiones Obreras de España, el PIT-CNT de Uruguay, representantes de las centrales nórdicas (Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca), la CGT francesa y la CUT de Brasil, también se manifestaron en distintas oportunidades para defender nuestra postura y adherir a nuestro reclamo.
“El gobierno argentino ha retrasado injustificadamente el trámite de nuestra personería gremial, y luego de un pedido de explicaciones por parte de un juez de la Nación, ha agregado sin fundamentos, requisitos no previstos por la ley”, explicó Pedro Wasiejko para sentenciar y resumir esta historia en la que, como venimos planteando, por miedo, o por una serie de interese que por ahora se protegen y privilegian, está pendiente que se cumpla con nuestro derecho de poder representar a todos los trabajadores que se encolum-nan en nuestra organización, y que de esta forma se garantice la democracia y la libertad sindical que nos corresponden.