{{{La mentira privatizadora.}}}
Los “fiscales periodísticos” del momento hablaban del “elefante estatal”. Sobredimensio-nado e ineficaz. Y nos vendían que al primer mundo se llegaba con la receta privada. Compramos caro y el proceso de desmantelamiento del Estado dio comienzo.
“El pensamiento dominante en esos años era algo así como: si la solución de nuestros problemas es privatizar sigamos ese camino. Muy pocos alertaron que lo que se iba a perder era mucho más que la ilusoria ganancia. Hoy, como todos sabemos, seguimos con la deuda y se ha destruido el sistema de empresas del Estado, así como gran parte de la infraestructura económica”, resalta el profesor universitario Héctor Eduardo Gómez, en su artículo, {{Argentina, país saqueado y acorralado,}} publicado en Info Moreno.
Se entregaron la represas, las usinas termoeléctricas, el petróleo, el gas, los sistemas de transporte de gas, petróleo y electricidad, los ferrocarriles, las mejores rutas camineras, las radios, televisoras, bancos, subterráneos, flota marítima, flota aérea, silos. A cambio recibimos acreedores, intereses, contratos leoninos, tarifas que siempre se las arreglan para subir y una gran canilla que no cesa de extraer riquezas, no para ser distribuidas en nuestro territorio sino para concentrarse en los destinos de las empresas multinacionales que explotan los servicios públicos y los recursos naturales.
¿Es posible en este contexto construir un país de primer mundo? La crisis del 2001/2002 puede darnos la respuesta.
{{{Refutando la vuelta al pasado.}}}
“No hay riqueza, hay que crearla” supo decir el ex ministro de economía de la actual gestión de gobierno, Roberto Lavagna Una definición que suena igual a decir “escuchemos qué es lo que el omnipotente mercado nos dice”. Magia neoliberal que en el fondo sólo busca institucionalizar la pobreza, el hambre, la falta de trabajo y la dependencia.
“Si fuésemos capaces de administrar los recursos energéticos nosotros, sin duda que tendríamos la posibilidad de resolver los problemas de la salud, de la vejez, de la educación y cuántas otras políticas sociales serían posibles de llevar adelante. Si no resolvemos esto, no queda más que discutir cómo se reparte la torta sobre la base de que se le saque algo a alguien para darnos a nosotros”, aseguró José Rigane, secretario general de la FeTERA, durante una mesa sobre “Renta Petrolera”.
No es una cuestión menor. Es una cuestión de fondo, podríamos decir de supervivencia. Por eso desde distintos rincones de este continente retumban sonidos de recuperación de patrimonio, de políticas nacionales y de soberanía. Se escuchan en Venezuela y en Bolivia donde esos procesos empiezan a dar vuelta la tortilla en beneficio del pueblo.
“Este proceso se logra desde la movilización y la organización popular. Articulando con otros procesos, a partir de la integración regional, para hacerlos uno más fuerte”, afirmó Rigane consultado por 8 de Octubre.
“No existe Nación ni Patria, sin tierra y patrimonio: Patria es memoria y cultura, es decir, historia y espíritu que se proyecta hacia el futuro. Entonces nos duele que todavía en las universidades argentinas no exista una cátedra sobre la administración del patrimonio público, para conocerlo y debatir los diversos modelos de gestión pública. El ciudadano común no tiene ninguna conciencia de los miles de kilómetros de cordilleras o montañas que guardan tesoros minerales y que se concesionan todas las semanas; no tiene ni idea de los millones de hectáreas fiscales o privadas que se venden al extranjero. Promover esa conciencia es promover la conciencia del patrimonio público y esa conciencia es que el ciudadano comprenda que una 38 millonésima parte de lo que es argentino le pertenece por condominio. La Patria es un consorcio gigante y el ciudadano es copropietario de una parte del condominio. No podemos repetir los errores cometidos, para ir hacia una sociedad con empresas de servicios controlados por trabajadores, técnicos y funcionarios junto con usuarios y consumidores, que son quienes los pagan y son las víctimas de su mal funcionamiento”, dijo Pino Solanas en el cierre del Acto por el 98º Aniversario del Descubrimiento del Petróleo Argentino.
Quieren hacernos volver al pasado, vociferan los impulsores del modelo económico más genocida de la historia de nuestro país y de Latinoamérica. Lo que queremos es terminar con este presente, en que tenemos casi el 50% de pobres en la Argentina.