{{{Evolución del trabajo.}}}
“La empresa, cuando yo entré, era una empresa totalmente responsable del servicio eléctrico de Mar del Plata, eso nos hacía sentir orgullo del lugar donde trabajabas. Vos ibas a la Usina, te quejabas por que te habían tomado mal el estado, e inmediatamente había respuesta y la empresa se hacía cargo, porque eran responsables y lo asumían”. En esta idea, se destaca el orgullo por la pertenencia a un lugar que ya no es el mismo, y confirma la frase con la que abrimos la nota. Pero además, nos puede hacer pensar que en algún tiempo no tan lejano, las empresas de servicios tenían como principal objetivo la gestión. “Con personal especializado, con vehículos viejos pero muy bien cuidados, con materiales, con equipo. Todo se hacía en la empresa, había talleres, mecánica, servicios. Era una empresa de electricidad que respondía en todas sus líneas. Ahora es un mamarracho tercerizado donde nadie es responsable de nada. Vos vas y te quejás de tal línea y te responden que ellos no tienen nada que ver. Y llega un momento que vos vas a la empresa y no sabés si te están tomando el pelo, o si tenés un lugar y una persona para poder hacer un reclamo.
Hasta hemos llegado a cobrar la tarifa eléctrica en la casa. Era romántico eso.”
{{{La caída de una gran empresa.}}}
“En estos 50 años, yo pasé por 5 empresas, fueron 5 empresas, o una empresa con 5 nombres, y con cada cambio se la fue deteriorando más. Primero era privada inglesa-francesa, luego empresa nacional Agua y Energía, que se cargó de gente y de burocracia por la cantidad de personas que metían”. La sentencia tiene el aval de la trayectoria, de haber visto desde adentro el vaciamiento intencional de una empresa que el Estado abandonó. “A partir de ahí fue una mezcla de burocracia, del vaciamiento del Estado, de altas autoridades que se fueron vendiendo y haciendo sus negocios, sumando a gobernantes que dijeron bueno la provincia-lizamos, y después bueno, la privatizamos.
Después la pasaron a provincial para deteriorarla, luego siguió en la provincia pero con otro cambio, cuando ya el objetivo de deteriorarla totalmente era para generar la necesidad de la privatización.
¿Cómo lo hicieron? Lo hicieron con personal especializado dedicado a fundir empresas, gerentes fundidores, con experiencia en fundir empresas. Llegaba esa gente con un conjunto de personas y deterioraban la empresa, no reponiendo, echando gente sin motivo para generar conflicto y enfrentamiento para que no los pudiéramos enfrentar a ellos, ni defendernos. Entonces todavía existía el concepto de que era nuestra la empresa, entonces ¿cómo me iban a sacar de mi empresa si era mía?, ¿cómo nos iban a sacar de mi propia empresa?.. Ellos cambiaron esa idea, porque no era de ellos y no dejaron que siga siendo nuestra, ahí nos la sacaron, vinieron a fundirla. La hicieron pelota.”
{{{Conquistas perdidas.}}}
Saliendo de lo que le tocó directamente a la empresa de energía a lo largo de medio siglo de historia, Fernández también planteó padecimientos para los trabajadores venidos desde el gobierno, y de algunos de los funcionarios que participaron del desastre para todo el pueblo trabajador. “En todo este tiempo una de las situaciones más terribles que tuvimos que sufrir fue la llegada de supuestos iluminados que nos venían a resolver los problemas económicos. En cambio, nos quitaron cosas logradas desde siempre. Por ejemplo el 82 por ciento. Vienen y dicen que lo sacan momentáneamente por una supuesta emergencia y dicen que en algún momento lo van a devolver. Y resulta que se fue Cavallo, que se fue Lavagna, Duhalde, De la Rua y sigue estando eso igual. Por eso que a este mismo presidente que tenemos ahora, yo le tengo miedo, porque de eso no se ocupa, esas cosas no las arregla. Aparte del peligro del culto al trabajo que también se ha perdido.
Ha cambiado la actitud respecto del trabajo, favorecida por los planes y subsidios miserables que el gobierno deja que sigan multiplicándose, y eso hace que la gente se acostumbre a seguir en eso, o a reclamar sólo eso y se pierda una cultura del trabajo, y una valoración del esfuerzo, por el salario digno. Es un mal manejo político, que no crea puestos de trabajo, sino crea dádivas. El gobierno está para devolver lo que a los trabajadores les sacaron, para dar más trabajo, para dar vivienda.
{{{El gremio, ayer y hoy.}}}
Justamente el tema de la vivienda, hizo entrar a Guillermo en una recorrida por la historia de la organización. “Nosotros sabemos, desde la organización, lo que es preocuparse por la vivienda. Trabajar por la vivienda, dar vivienda. Porque el gremio ha permitido a muchos tener una vivienda. Eso también fue en otras épocas, pero lo pudimos hacer. Eso y el turismo, siempre fuimos muy buenos en la acción social.
Y ni hablar de los sueldos, siempre tuvimos buenos sueldos, muy buenos sueldos. Eso se ha ido perdiendo por una serie de situaciones externas e internas que se imponen, y nos van llevando a que no exijamos lo que corresponde, y ahora solo podamos pedir, y si no suplicar, y conformarnos.”
En su discurso, Fernández encontró una buena manera de destacar la labor de la conducción actual. “Yo hablo con la conducción, y ya desde la pregunta de cómo va todo, la respuesta es ‘bien, bien, pero estamos muy cansados, estamos cansados’. Bueno, eso es porque con el paso del tiempo, no han tenido la cuota de estupidez que tuvieron otros para zafar, y entonces se transforman en indispensables. Si sos tan bueno no te dejan ir, y todo se compagina para que no te suelten, y no te puedas ir, después no poder decir que no a nada”.