{{{Discurso Gabriel Martínez}}}
El desarrollo del modelo Neoliberal en América Latina y el Caribe hace necesaria una construcción gremial de alcance continental, que sea capaz de enfrentar esa política, con un diseño de síntesis y en una organización que sea capaz de llegar a todos los rincones de América Latina y el Caribe. Porque las empresas todos los días llegan a todos los rincones. Las empresas todos los días están decidiendo quien trabaja y quien no trabaja, quien tiene futuro y quien no tiene futuro en América Latina y el Caribe. Quien va a tener energía y quien no va la a tener. Quien se va a alumbrar y quien no lo va a hacer. Por eso necesitamos tener una organización que se mueva en ese nivel, que sea capaz de enfrentar en el mismo techo, en la misma categoría.
Esta organización debe trabajar no solamente para fortalecer la construcción de los trabajadores, también debe garantizar el derecho a la energía. Buena parte de la población no tiene acceso a la energía, pero las empresas multinacionales, también le quitan el derecho a la energía a quien sí tuvo acceso. Por la crisis de la estructura eléctrica muchos trabajadores quedan sin energía eléctrica o quedan sin agua, quedan sin gas, por la manipulación de las tarifas y por la pérdida de trabajo que generan en su desarrollo. No es solamente que no de dota energía, la energía se pierde por influencia de esas empresas, por eso necesitamos organizaciones fuertes del mismo nivel.
Las empresas nos han generado grandes diferencias entre los trabajadores. Antes los electricistas éramos electricistas, los petroleros, petroleros, los compañeros del gas trabajadores del gas, ahora muchos de estos compañeros forman parte de las empresas tercerizadas, son contratados por tiempo determinado y no tienen el mismo convenio colectivo de trabajo y no tienen el mismo salario y no tienen los mismos derechos y mucha veces se genera la cultura de que no son iguales a nosotros. Eso pasa en los lugares de trabajo, eso es lo que nos enseñan las empresas, eso es lo que nos obligan a pensar las empresas. Por eso necesitamos también una organización que sea capaz de capacitarnos en todas las experiencias que tenemos a lo largo del espacio América Latina y el Caribe, para juntar lo que hemos aprendido y para romper con estas visiones artificiales que nos crean y nos debilitan.
Los usuarios y los consumidores son parte de una necesidad de integración en los sistemas privatizados y también en las empresas que están en manos del Estado, necesitamos mejorar, perfeccionar nuestro sistema democrático y la participación en la conducción de las empresas; de los trabajadores, de los usuarios, y los consumidores de acuerdo a sus necesidades, y eso es también es política de una organización para América Latina y el Caribe de los trabajadores.
La integración de las industrias de la energía en todo el territorio no es solamente tarea de técnicos o de ingenieros, no es solamente la decisión de los estados, es también la decisión de las comunidades. Debemos abrir la discusión sobre la nueva franja energética, sobre las posibilidades de reservas y las posibilidades de integración para beneficio de los pueblos con participación de los pueblos.
La conformación de un sistema que nos permita sistematizar lo aprendido en todo el proceso del desarrollo neoliberal, lo imaginamos a través de una escuela de capacitación con un sistema de capacitación que cruce también todo el territorio. La formación de los trabajadores en muchos casos es espontánea, es autodidacta, tenemos también que perfeccionarnos, tenemos que crecer en este aspecto y tenemos que aprender de lo que nos pasa en nuestro trabajo. Cada día las empresas aprenden de nosotros, nosotros tenemos que aprender de nosotros mismos y trasladarlo a síntesis.
Gracias compañeros.