Cabe recordar que los trabajadores vienen reclamando una recomposición salarial que lleve todos los sueldos por encima de la línea de pobreza. Pero además, vienen denunciando la persecución sindical a los compañeros, la desconsideración que tiene la empresa hacia los trabajadores y los usuarios y la situación de peligro en la que se sigue encontrando la prestación del servicio en toda la costa.
“La falta de respuestas no sólo es indicativo de un problema de insensibilidad de la empresa, sino que es la ratificación de los propósitos de las empresas multinacionales”, aseguró José Rigane, secretario general del Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata, para ejemplificar, “su objetivo es obtener la máxima ganancia en el menor tiempo posible”.
“El problema no constituye solamente el retraso significativo en el salario de los trabajadores”, revela Rigane, “es, también, la situación en la que viven los trabajadores dentro de la empresa”.
“No sólo falta en EDEA personal en sectores como redes eléctricas, atención al público, atención telefónica, operaciones y en tantos otros sectores, sino que, además, en esos ámbitos laborales, los trabajadores viven en un marco de exigencias, cuya consecuencia son la carpeta médica o el diagnóstico por estrés o por presión psíquica”, detalló Rigane para resaltar que “la política de coerción hacia los trabajadores se manifiesta aún en cuestiones mínimas. Por ejemplo, lo principal del trabajo de quienes cumplen tareas en el ámbito de redes eléctricas es ser capataz, oficial, suboficial o peón calificado. El saber manejar un vehículo, ya sea un guinche, un camión o una camioneta, en estas circunstancias, es secundario. No obstante EDEA presiona a los trabajadores para que todo el mundo conduzca, no siendo obligación. ¿Cómo lo hace?. No otorgando la categoría de ascenso si el trabajador no acepta manejar dichos vehículos. Pero además”, detalla el secretario general de Luz y Fuerza Mar del Plata, “obliga a los trabajadores a hacerse cargo de tramitar el registro y sus renovaciones, con costo a su cargo, todo a cambio de una bonificación chofer de 13 pesos. Un dato comprobable, como otros, en el recibo de sueldo de los trabajadores”.
“Los trabajadores seguiremos redoblando esfuerzos para reclamar por salarios reales y dignos, congelados desde 1994, pero también denunciando las condiciones laborales típicas de una empresa que solo piensa extraer el mayor porcentaje de ganancias para volcarlas al exterior”, concluyó Rigane.