Las delegaciones presentes decimos:
En uno de los territorios más ricos de la tierra vive un Pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de hambre. El continente latinoamericano a pesar de la riqueza de sus recursos naturales ha sido históricamente empobrecido por la avidez del imperialismo en general y el imperialismo Estadounidense en particular. Hasta que los Latinoamericanos no recuperemos para la Nación Integrada y el Pueblo Liberado el dominio de nuestras riquezas, no seremos Naciones soberanas con Pueblos felices que construyen su propio destino.
Los participantes de este FORO DE SOBERANÍA ENERGÉTICA DE ESTA CUMBRE DE LOS PUEBLOS creemos necesario valorar política y socialmente este momento histórico y el marco de acuerdos estratégicos a los que están arribando algunos gobiernos del continente, en la materia.
Sostenemos que es imprescindible proclamar la capacidad de nuestros pueblos para que todo el mundo sepa como rapiñan nuestros recursos petroleros, gasíferos y energético en general. Que se sepa universalmente cómo nos saquearon y saquean, y cuales son los caminos para recuperar condiciones de vida dignas y la propiedad de nuestros recursos naturales y por ende de nuestros destinos.
En la fase actual del sistema capitalista, es falso sostener que somos “subdesarrollados” o que estamos “en vías de desarrollo” como si estuviéramos perdiendo la carrera del desarrollo por algún defecto constitutivo.
La irracionalidad presente en el actual sistema de dominación lleva a poner en peligro hasta la propia existencia del planeta. La necesidad de reproducción del capital lleva a la profundización de su ofensiva militar, económica y política contra nuestros pueblos (guerra de Irak, de Afganistán, Plan Colombia, Plan Puebla-Panamá, privatizaciones, intervención militar en Haití, base en Paraguay, amenaza en Irán).
Por eso rechazamos la realización de la Cumbre de las Américas con su actual contenido neoliberal expresado en los intentos de someternos mediante el ALCA, los Tratados Bilaterales de Inversión, y repudiamos en especial la presencia en nuestro suelo de George W. Bush, jefe del gobierno terrorista y criminal de EE.UU., el que mantiene su política de bloqueo homicida contra Cuba y de desestabilización en Venezuela y otros países.
Nos encontramos aquí para reafirmar nuestra voluntad de construir herramientas concretas que permitan incidir en el curso de las políticas que necesitamos para hacer de América Latina un continente autónomo que permitan mejorar nuestras condiciones de vida. Para ello, es necesario no olvidar el origen de nuestros problemas y dotar de carácter estratégico a nuestras conclusiones.
{{RENTA ENERGÉTICA}}
La crisis energética mundial, que los grupos económicos concentrados de fuera de nuestra región quieren hacernos cargar a pesar de la responsabilidad que tienen, nos dice que ella, es estructural, porque es la crisis del modelo capitalista, que practican y traen desde los centros financieros donde establecen las políticas depredadoras de los recursos naturales de nuestro continente.
Esa crisis se debe a las décadas de políticas antinacionales y antisociales que aún pretenden que se practique en nuestro continente. Construyeron este modelo con algunos elementos que impusieron en forma similar en muchos de nuestros países; así, trajeron elementos constitutivos de la degradación del Estado, con la complicidad de algunos gobiernos, la utilización caníbal de los recursos no renovables, la subestimación de nuestras posibilidades de generación hidroeléctrica y de energías alternativas respetuosas del ambiente, y la decisión que se basaba únicamente en la alta rentabilidad de las empresas en manos del capital extranjero que explotan esos recursos.
Con esta perspectiva, es necesario que la luchas en contra de la globalización económica neoliberal y las privatizaciones se vinculen con los demás movimientos sociales en cada país; y que a la vez exprese en la unidad dialéctica del indispensable contenido internacional que adquiere y la forma nacional que se expresa; fomentando por medio de las relaciones y solidaridad internacionales la forja de mecanismos comunes de acción.
{{Ante esto afirmamos que es posible:}}
1. La lucha por servicios públicos estatales, con control de organizaciones de usuarios, ambientalistas y de trabajadores, es fundamental para lograr una energía al servicio de la gente.
2. Elaborar una matriz energética, consecuente con el desarrollo de los pueblos del continente.
3. Tener servicios públicos estatales accesibles, universales, para todos nuestros habitantes. Que no se vean desvirtuados por tercerizaciones, gerenciamientos, concesiones y otras formas de privatización encubiertas.
4. Exigir que se respete la voluntad soberana de los pueblos, que a través de vías plebiscitarias presionen para que sus recursos naturales y servicios básicos sean patrimonio de sus respectivas naciones.
5 Construir la alternativa latinoamericana de un bloque de integración económica, que enfrente los acuerdos de sometimiento, que expresa el ALCA y los Tratados Bilaterales de Inversión.
Nuestra renta energética debe ser distribuida racional y socialmente con equidad, utilizando los recursos naturales teniendo en cuenta su abastecimiento para las generaciones futuras.
{{PROPIEDAD DE LOS RECURSOS NATURALES}}
Para construir esta nueva realidad necesitamos que los recursos naturales sean nacionales y recuperados por nuestros pueblos. Por ello reiteramos que la cuestión central en el tema energético es la propiedad de los mismos. No habrá Nación latinoamericana ni servicios públicos para todos mientras no podamos ser dueños de los mismos, de lo contrario no habrá pueblo que no sea rehén de las decisiones del poder económico concentrado internacional que viola sistemáticamente los derechos humanos esenciales al dejarnos sin agua, sin luz, sin gas cuando ellos quieren.
Nuestro continente se agita por las luchas sociales y políticas de nuestros pueblos, que no se resignan a ser objetos de la explotación. Parte de ello ha resultado en la elección de gobiernos de fuerzas políticas calificadas de progresistas a los que exigimos marchar por la senda de la integración latinoamericana sobre la base del respeto y defensa de los derechos de cada nación y pueblo al bienestar y al desarrollo, por lo que rechazamos las formas adoptadas hasta ahora, que privilegian la libre circulación de capitales, materias primas y recursos energéticos para beneficio de las transnacionales, cuyo último ejemplo es el llamado GASODUCTO SUDAMERICANO.
Por eso nos reunimos. Para elaborar cómo retomamos un plan de liberación nacional más que un plan económico. Cómo producimos un espacio para la construcción de la propiedad social. Cómo hacemos para que las mayorías asuman un papel determinante en esta pelea fundamental.
Las luchas realizadas hasta ahora no alcanzan para rebatir estas políticas nefastas, debemos alcanzar otro escalón en intensidad y organización, ya no alcanza generar agendas de reuniones, el camino obligado es armar una agenda de acción política, ya que ella será uno de los caminos para recuperar para los Estados Nacionales la propiedad de los recursos energéticos, así como un nuevo modelo superador, de gestión democrática y con control popular en la dirección de las empresas de servicios públicos, modelo este que debemos llevar e implementar como una primera acción a nivel continental.