Las empresas petrolera privadas aceptaron entregar el 82% de los ingresos al país e invertir 2 mil millones de dólares, con la firma de contratos por 23 y 30 años. Una clara demostración de que la entrega puede terminarse y que la nacionalización de nuestros recursos es posible, sin terremotos de por medio.
Simplemente debe coexistir el deseo político de hacerlo y el compromiso de velar por los intereses de un pueblo. Una fórmula que en Argentina muere en los discursos.
Desde esta amalgama, Bolivia consolidó el proceso de nacionalización de los hidrocarburos, de recuperación de sus reservas de gas natural y petróleo, al anunciar la firma de nuevos contratos con todas las petroleras privadas establecidas en el país, que aceptaron las nuevas condiciones de operación.
Bolivia no sólo podrá -a partir de la firma de estos contratos- decidir en qué y cómo usar sus recursos, sino que demostró hasta la saciedad que no hay que temer a las amenazas de los procesos de arbitraje internacional, y que aún con la entrega de un porcentaje importante de ganancias al Estado dueño de los recursos, el negocio petrolero sigue siendo, para las empresas privadas, un negocio que les reditúa grandes ganancias, por eso la aceptación del proceso. Bajo las nuevas condiciones, Bolivia, que posee las segundas mayores reservas de gas natural de la región, se convertirá en el país que más impuestos cobra a las empresas, previendo lograr ingresos de 4 mil millones de dólares anuales.
Morales, en su discurso a la nación hermana, afirmó que “Es una noche histórica, porque acá estamos consolidando la nacionalización de los hidrocarburos”. Ocho compañías, entre ellas la brasileña Petrobras, la española Repsol YPF y la británica British Gas, suscribieron los documentos en la madrugada del domingo 29 de octubre pasado. Los convenios se alcanzaron luego de que Total y Vintage firmaron el viernes los primeros contratos adecuados al decreto de nacionalización.
Según la información suministrada por diferentes medios bolivianos, Petrobras seguirá explotando los campos de San Alberto y San Antonio, que poseen reservas probadas y probables estimadas en 11,75 trillones de pies cúbicos (TCF) y 10,67 trillones de pies cúbicos, respectivamente. El acuerdo alcanzado entre el Gobierno y la petrolera Petrobras garantiza la rentabilidad de esa empresa y permite mantener el suministro de gas en Brasil, sostuvo el ministro de Minas y Energía de Brasil, Silas Rondeau. En su opinión, se alcanzó un acuerdo satisfactorio, con unas tasas de retorno que hacen que “valga la pena” que Petrobras se quede en Bolivia y que garantiza la exploración de gas.