{{{Fragmento de la introducción:}}}
Hablar hoy de la realidad del movimiento popular caribeño y latinoamericano significa, ante todo, referirse a sus desafíos. Desafíos que tienen lugar en tiempos de crisis, de rupturas, de cambios y de atrevimientos. Por sus características, la crisis es, en sí misma, un desafío. Reconocer su existencia, tipificar sus dimensiones y alcances, contribuye a encontrar parte de las respuestas a muchas interrogantes que se formula ahora el movimiento popular. Por eso no pueden tratarse éstos separados de aquella, salvo en el terreno de la pura expresión fenomenológica.
Con ello deseo aclarar que esta investigación se inscribe dentro del continente de los esperanzados, junto a aquellos que, superando el umbral de las lamentaciones por el mundo perdido, se aprestan a conocer el estado real de la sociedad a fin de ajustar, modificar, redefinir o plantearse un nuevo proyecto popular, democrático-participativo y nacional, para llamarlo de alguna manera.
Muchos aspectos de ese proyecto deben ser todavía definidos y esclarecidos, pero otros se van evidenciando como elementos insoslayables a tener en cuenta en el debate.