Durante una breve estadía en nuestra ciudad, Solari Yrigoyen se acercó al Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata. Y luego nos invitó a conversar en la casa donde estuvo parando. La misma en la que estuvo alojado Agustín Tosco cuando, en 1967, realizó un histórico acto en el desaparecido cine-teatro San Martín de Mar del Plata. Allí obtuvimos este valioso testimonio.
La única licencia que nos vamos a tomar es la de omitir las preguntas, indispensables para la redacción de una entrevista pura. En cambio, ofrecemos enunciados que introducen en cada tema por los que transitó la charla. Y transcribimos las respuestas literalmente.
{{{En primera persona.}}}
“Tengo 73 años, nací en Buenos Aires, me radiqué de joven en la Patagonia, soy patagónico, vivo en Puerto Madryn, Chubut. Fuí Senador por Chubut, en dos mandatos, el primero de1973 hasta el golpe de 1976, y el segundo desde 1987 a 1995, siempre en representación de la Unión Cívica Radical. Soy abogado, Doctor en Derecho y Ciencias Sociales recibido en la Universidad Nacional de Buenos Aires, mi tesis fue sobre la participación obrera en las ganancias de las empresas; tengo, además, un libro sobre eso. También me recibí de Economista en la Universidad de La Sorbona en París, en estudios superiores especializados en Economía. También estudié en Ecuador, en un curso de CEPAL, becado por OEA, y estuve en España, también becado”.
{{{Su relación con el derecho laboral y los trabajadores.}}}
Uno no puede meterse de casualidad en la historia. Sólo la convicción firme de los valores, y una estricta concordancia con la acción, incluso cuando se pone en riesgo la propia vida, habilitan el camino que permite contar, desde adentro, cómo se gestaron organizaciones fundamentales para los trabajadores, y cómo él mismo fue fundamental en su relación con varios dirigentes obreros.
“La relación con los trabajadores se fue dando a partir de mi tesis, desde cuando me especialicé en Derecho del Trabajo, siempre defendí a los trabajadores, fui abogado de la Federación Gráfica Bonaerense, del Sindicato Luz y Fuerza de Córdoba, de la Unión Ferroviaria en Resistencia, todos sindicatos independientes de la burocracia sindical. Y también fui representante de la CGT de los Argentinos, desde que se fundó. Y de Tosco, todas las veces que estuvo preso, hasta que fue liberado en 1972.
Dejé de ejercer la profesión cuando entré como legislador en 1973, entonces luché por los perseguidos desde mi banca en el Senado”.
Ya veremos que sobrevivió a tres atentados contra su vida. Y que además de estar preso, secuestrado y desaparecido, padeció el exilio. Como para que esa tampoco fuera una etapa desaprovechada, se dedicó al derecho internacional.
“Lo del derecho Internacional fue durante el exilio. Siempre luché por los Derechos Humanos. Primero como abogado, después desde lo parlamentario. Mi lucha parlamentaria y extra parlamentaria por los DD HH me hizo pagar altos precios, tanto en el gobierno constitucional del ‘73 antes del ’76, cuando sufrí dos atentados, como durante la dictadura cuando sufrí el tercer atentado. Fui secuestrado, encarcelado, torturado, desaparecido, y expulsado”. (…) Esta lucha que yo siempre he priorizado, me llevó a estudiar las normas internacionales, escribí el libro “La dignidad humana”, en Eudeba, que es un estudio de las normas internacionales en materia de Derechos Humanos, una interpretación. Me fui transformando en un experto independiente, fui miembro del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
{{{Histórico y terrible privilegio.}}}
Uno de los factores que hacen de Yrigoyen un actor protagónico de nuestra historia es una firma, una firma nefasta. “El primer atentado que firmó la Triple A fue el mío. Pero eso no quiere decir que no haya habido atentados terroristas antes, es el primero que admitieron. Con una bomba en mi auto, que explotó y que me tuvo luchando ente la vida y la muerte, seis operaciones. Fue el 21 de noviembre de 1973, pleno período constitucional, ya que el Presidente Perón había asumido el 12 de octubre.
La Triple A tuvo como gestor principal a José López Rega, quien operó durante cuatro gobiernos constitucionales, el de Cámpora, Lastiri -de quien además era su yerno-, Perón y Estela Martínez de Perón. El fue el jefe, pero con la Triple A colaboraron miles y miles de policías, militares y civiles.
El segundo atentado que sufrí fue con una bomba en mi domicilio de Puerto Madryn, y participó la policía, porque liberaron la ruta de Puerto Madryn, para permitir que huyeran los autores, eran dos bombas, una no estalló, eso evitó que la casa se derrumbara, la otra dañó el edificio, pero a mi no tanto.”
Aprovechando el rumbo que había tomado la charla, le consultamos a Solari Yrigoyen sobre la investigación a la Triple A. “Era necesaria, tenía que ocurrir. Para los que luchamos por la vigencia de los derechos humanos no puede haber nunca impunidad, la impunidad es el principal enemigo de la vigencia de los derechos humanos”. (…) “Había una deuda de la justicia con la sociedad argentina. En realidad, la investigación había comenzado unos años antes, inclusive en el gobierno de Alfonsín se logró la extradición de López Rega, pero cuando él murió, la acción penal se extinguió. Pero continuaron las órdenes de detención de tres importantes colaboradores de él, Almirón, Robira, y Morales.”
¿El gobierno está poniendo todo lo que tiene que poner?
“Cuando declaré tuve el convencimiento de que Oyarbide estaba haciendo todo, de ahí para acá, no lo sé, tampoco tengo acceso a toda la investigación, es un expediente de 10 mil fojas.”
{{{Su relación con Tosco.}}}
“Lo conocí en la CGT de los Argentinos, cuando él fue detenido por primera vez en la dictadura de Onganía. Lo representé con otras personas que lo asistían, otros abogados, colaboradores, pero el planteo jurídico lo llevé yo hasta la Suprema Corte. Fue condenado por una parodia del juicio de un tribunal militar, que no tiene ninguna validez, después del Cordobazo, pero después estuvo preso a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, ahí yo le planteé a la Corte Suprema, la inconstitucionalidad de haberlo puesto a disposición del PEN. Y cuando estuvo preso en Rawson, yo lo visitaba permanentemente.”
Decir que estuvo muy cerca de la historia, significa quedarse corto, y otro buen ejemplo, es el de la Masacre de Trelew.
“Cuando se produce la masacre yo estaba en Puerto Madryn, y cuando me despertaron, me dijeron que había pasado algo raro en la Base Almirante Zar. Yo tomé el pequeño Renault 6 que tenía en esa época, el auto en el que me pusieron la bomba después, y fui el primero en llegar. No me dejaron entrar, me hicieron esperar, me atendió un oficial, muy amable, que me dijo que estaba interviniendo la justicia, reconoció que un hecho anómalo había sucedido. Después se dijo que había muertos (…) Tosco prefirió quedarse porque era un preso a disposición del PEN, que no estaba siendo juzgado por nadie ni acusado por nada, entonces el creía con razón, que su prisión era totalmente arbitraria, él no tenia como defenderse. Muchos de los que se escaparon tenían un proceso en los que podían ser enjuiciados y defenderse, él no tenía, nada. Su caso era totalmente distinto. A pesar de eso, después de la masacre, durante mucho tiempo no se lo pudo visitar, yo iba y no me dejaban pasar, cuando lo pude ver, estaba muy flaco, vistiendo ropa de preso, que antes no usaba, todo había cambiado en la Cárcel de Rawson.”
{{{“El gran luchador.”}}}
El concepto apareció como de la nada. Yrigoyen venía relatando anécdotas vividas junto con Tosco, y en un momento hizo una pausa, y sacó la frase: “Tosco fue, para mí, el líder sindical más importante de la Argentina en el siglo 20. Un gran luchador, yo lo acompañé en muchas ocasiones, hice muchos viajes con él , en esta casa él se alojó, la vez que fuimos a hablar al sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata. Además, yo fui abogado de la Intersindical, que él fundó, y fui abogado elegido por votación. Todo sindicato está hecho para luchar por los trabajadores, y Tosco defendió a los trabajadores junto con otros dirigentes y militantes que luchaban legalmente. En cambio, el gobierno persiguió, en forma ilegal, a los sindicatos independientes. Algunos fueron intervenidos por las federaciones, a otros no se les reconoció la personería jurídica, a otros se los tomó a punta de ametralladora, como Luz y Fuerza de Córdoba”.
La frase, como una sentencia, como una síntesis de nuestra historia, casi sin respirar, convincente no porque surge de alguien convencido, sino porque el tiempo la llena de certeza.
{{{Tosco en Mar del Plata.}}}
Cuando la parte importante de la historia de las luchas obreras argentinas pasó por Córdoba, Yrigoyen estaba en Córdoba. Cuando había que estar en Rawson, allí estuvo él, y cuando se escribió un capítulo en nuestra ciudad, Yrigoyen puso la casa. “Nuestro gremio fue tomado a punta de ametralladora en el gobierno de María Estela Martínez de Perón, algunos dirigentes cayeron presos, otros pasaron a la clandestinidad para no ser capturados, y otros fueron al exilio. Tosco pasó a la clandestinidad porque nunca quiso entregarse, quiso seguir en la lucha. Cuando él estaba en esa situación, se hizo un gran encuentro, grande por la calidad de la acción, en el que yo participé en la organización. El objetivo era ver qué se podía hacer para parar el golpe, porque éramos todos conscientes de que el golpe podía ser tremendo. Ya lo era, por la incompetencia de la señora María Estela Martínez, que ahora lo reconoce, ahora dice que llegó a la presidencia porque Dios quiso, pero en esa época no lo reconocía, en ese tiempo se decía que era toda una estadista, que era la mejor preparada, preparada al lado del general Perón. Con la notoria incapacidad para desempeñar ese cargo, estaba rodeada de militares que le indicaban medidas que debía tomar, y se dictaron en ese momento leyes espantosas, como la 20.840, que yo la denuncié desde el Senado, y dije que esa ley, so pretexto de combatir al terrorismo, iba a combatir la libertad de prensa. Y no estuve tan errado: cuando la dictadura militar clausuró el diario La Prensa, lo hizo invocando esa ley”. (…) “En esta ciudad, estuvo antes de que fuera tomado el gremio. La de acá la organizó el Sindicato de acá, que era el único con el que tenía relaciones el de Córdoba, con los demás no tenía. Yo trabajé en la organización, tenía esta casa, que era más grande que ahora, y por eso nos quedamos todos acá. Era un período muy difícil, todos habíamos sufrido atentados, todos sufrimos amenazas, pero todo se organizó bien, se hizo un gran acto. El objetivo de ese acto era luchar por un sindicalismo genuino, no claudicante, que luchara por los intereses de los trabajadores, y no por los intereses de los dirigentes de los trabajadores, que había una gran diferencia en eso.”
Yrigoyen se guardó para el final de esta parte, una cabal definición de Tosco: “En más de un libro lo hemos visto aparecer como líder de los gremios combativos, y eso no es así. En ese espacio, hay que ubicar a Salamanca (*). Tosco fue el líder de los gremios independientes, donde había de todas las líneas e ideologías y colores políticos, estaban los peronistas, radicales, había listas pluralistas, marxistas y -como decía Tosco- marxistas independientes.”
{{{También con Raimundo Ongaro.}}}
“Con Ongaro tengo relación hasta el día de hoy. Yo presido una ONG que se llama “Nuevos Derechos del Hombre”, que funciona en varios países, y siempre a las reuniones viene algún delegado de Ongaro. La relación comenzó en la conformación de la CGT de los Argentinos, desde su fundación, cuando Ongaro fue elegido Secretario General.”
{{{Vida y muerte de la CGT de los Argentinos.}}}
“Para mí, la CGTde los Argentinos es el único ejemplo pluralista de una confederación de trabajo que he visto. En la CGT de los Argentinos luchaba gente de todas las tendencias, marxistas, independientes, socialistas, comunistas, radicales, peronistas, socialistas de diversas tendencias. Lo que la hizo desaparecer fue, sin dudas, la persecución. Primero, no estuvo reconocida por los burócratas, y después, la persecución de la dictadura de Onganía, Levingston y Lanusse. Pero las grandes movilizaciones de la época, las hizo esta organización. Fueron las grandes huelgas contra ‘el gobierno elegido por nadie’, como decía Ongaro, una época de enormes manifestaciones y acciones de fuerza.”
{{{ {{{Prohibido claudicar.}}} }}}
“Muchas veces me planteé yo hasta dónde seguir la lucha, y siempre me respondí que debía seguir en forma permanente. Cuando yo daba esta respuesta, después de mi primer atentado, no sabía que iba a recibir un segundo, que mi casa iba a ser destruida, que un segundo auto también. Tampoco sabía que iba a ser un secuestrado, un desaparecido, que iba a ser víctima de graves tormentos, de tratos crueles, y deshumanos, que iba a ver amigos míos asesinados, que me iban a expulsar del país, a sufrir un largo exilio con mi familia. Pero ahora que lo sé le puedo jurar que si las circunstancias históricas se dieran de nuevo, estoy convencido de que volvería a hacer lo mismo y a decir lo mismo que dije durante esta parte de la historia.”