La historia del capitalismo enseña que la sangre, el sudor y las lágrimas para salir de las crisis siempre son de los trabajadores. José Rigane, secretario de Organización de la CTA está convencido que los grupos económicos despiden personal para armarse un paraguas que les permita pasar el chubasco sin resignar ganancias.
“No asumamos como propio el discurso del enemigo”, advierte José Rigane, titular de FeTTERA-CTA y subraya la necesidad de aumentar la organización de los sectores populares y no abandonar la puja distributiva
¿Cuánto cotiza un trabajo con doble, triple indemnización?
En Argentina no tendría que existir una legislación que permita el despido sin causa, De lo contrario ningún trabajador tiene estabilidad y el trabajo no es garantía de presente o futuro. De esta manera la permanencia laboral se convierte en un instrumento de hostigamiento y presión en manos del empresario.
¿Estamos ante una maniobra patronal para detener la puja distributiva?
Desde que empezó está crisis venimos repitiendo que nadie sabe donde va a terminar. Todos sabemos, que como pasa desde que existe el capitalismo, quieren que los costos de la crisis estén cargo de los trabajadores y los sectores populares.
El Titanic se hunde, la orquesta continúa tocando mientras las tripulación reparte salvavidas solo entre la clase pudiente. Aprovechan la coyuntura para producir todos los ajustes necesarios tendientes a lograr que la crisis la paguemos quienes no la provocamos.
Tampoco quieren organización de los trabajadores.
Este escenario de despojo de la clase trabajadora trae aparejado que traten de poner freno al desarrollo organizativo sindical. Cuando algunos dirigentes dejaron el pedido de un premio de 500 pesos para fin de año, diciendo que había que parar los despidos, en realidad estaban facilitando que las cesantías comenzaran a producirse.
¿Cómo se sale de esto?
Tenemos que ser lo más creativos posible. No hay que meterse para adentro ni asumir como propio el discurso del enemigo que causó y desarrolló esta crisis fenomenal. Es mentira que debemos renunciar a nuestros derechos y poder adquisitivo.
Darle la razón al enemigo es admitir que este mundo no puede existir sin más pobres, hambrientos, desocupados, víctimas de la crisis social. Es las revés, más que nunca tenemos que organizarnos, persuadir a los compañeros que solo con transformaciones de fondo vamos a dejar de ser el pato de la boda. La riqueza está, el problema es como se la distribuye.
¿Cuál es el lugar del Estado ante la crisis?
No tendría que haber dejado de existir nunca. El gran problema que tenemos los argentinos no son las privatizaciones sino la extranjerización absoluta que llegó al extremo de entregarle la confección de los documentos de identidad una empresa multinacional. Más que nunca el estado debe dejar de ser el socio bobo de los grupos económicos concentrados para ponerse al servicio de la gente. Todo eso será imposible si antes no recupera resortes estratégicos fundamentales, hoy en manos de monopolios extranjeros.
¿Cómo se relacionan, esta crisis y el tema de la Libertad Sindical sobre la que en estos días se expidió la Corte Suprema de Justicia?
Para ver como incide este fallo en la actualidad basta mirar lo preocupados que están ciertos personajes. Ahora, no creamos que esto nos soluciona todo. A la libertad sindical no la vamos a obtener de regalo, se la tenemos que arrancar.
Lo que pasa es que esto le quita el último argumento legal al incauto y ellos lo saben, Es ahistórico. Lo que está diciendo la Corte es “-muchachos, hay algunos derechos que están escritos pero no se ejercen-“. A nosotros nos toca ejercerlos