Desde hace tiempo, las empresas prestatarias del servicio de energía eléctrica son fuertemente cuestionadas por la calidad del servicio que prestan y las tarifas que cobran que, de no ser por los millonarios subsidios que reciben por parte del Gobierno nacional, serían impagables para la mayoría de los argentinos. Así, algunas versiones comenzaron a dar cuenta de un posible golpe de efecto por parte del kirchnerismo de cara a las elecciones del año próximo: la reestatización de este servicio esencial suena tentadora.
Varios especialistas consultados por este medio coinciden en que la privatización de las empresas de energía eléctrica arroja un saldo en un rojo furioso a la hora de trazar un balance. La falta de inversión y la situación financiera endeble de algunas de las firmas son elementos más que suficientes para dar por finalizada esta etapa y comenzar una nueva. Lógicamente, no es tan sencillo, justamente porque estas empresas han llegado a sobrevivir gracias al apañamiento del poder de turno.
Un ejemplo es el caso de Edelap, la compañía que distribuye la energía en La Plata y la región que, como viene informando Hoy, afronta un pasivo multimillonario (el rojo superaría los 400 millones de pesos). Incluso, en el balance de 2009 la propia empresa reconoció una pérdida de $ 65.267.729 durante el último ejercicio.
Félix Herrero, economista, abogado y referente en temas energéticos, fue contundente cuando afirmó que en cualquier lugar del mundo, “con los incumplimientos que efectúan sistemáticamente las empresas prestadoras de energía, el Gobierno les quitaría las concesiones. Aquí no. Todo lo contrario: se las renuevan”.
El secretario general de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina, José Rigane, dijo a Hoy que al ser la energía un recurso estratégico “debe estar en manos del Estado”. En la misma línea, se pronunció el ex secretario de Energía de la Nación, Gustavo Calleja, que señaló que la idea de reestatizar las empresas prestadoras de energía eléctrica “cada vez se va a hacer más viable” porque “vamos a tener un problema cada vez más serio”.
La visión de ambos especialistas en la materia no es caprichosa. Tanto Rigane como Calleja confirmaron a este medio que hay sobradas pruebas de que las empresas jamás apostaron al país. Rigane, por caso, habla no sólo de un proceso de privatización, sino también de “extranjerización”, dado que las beneficiadas son online casino empresas con capitales multinacionales y, en lugar de reinvertir las millonarias ganancias que supieron tener en obras que mejoraran la capacidad de producción energética del país, se dedicaron a llevarse el dinero lo más lejos posible.
“Edea (empresa distribuidora en la Costa Atlántica) tiene cuentas en Suiza y las Islas Caimán”, grafica Rigane, que además es secretario general del Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata. “Todas siempre han sacado el dinero al exterior y no han invertido. Y encima han recurrido al Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones)”, completó Callejas.
{{Subsidios millonarios}}
Desde el Gobierno nacional mantienen una clara intención de evitar que las tarifas de la luz se disparen. Los especialistas coinciden en remarcar esa intención. El representante de los trabajadores de la energía, José Rigane, concideró que el Estado no tuvo más remedio que subsidiar a las empresas, ya sea con fondos para inversión, combustibles y tarifas. “Supera más de 25 mil millones de pesos los subsidios entregados. Esto es indicativo de la necesidad imperiosa de esa nacionalización”, añadió.
En ese sentido, explicó que actualmente la tarifa está subsidiada en un 50% por el Gobierno nacional. Esto significa, según el dirigente gremial, que “la mitad la pagamos nosotros y la otra mitad también, pero a través de otros impuestos”. Con cierta lógica, Rigane advirtió que si el año próximo el kirchnerismo recibe un revés electoral y quien se siente en el sillón de Rivadavia decida no continuar con la política subsidiadora, se generará “una hecatombe”. Es que la tarifa se disparará hasta un nivel imposible de afrontar para gran parte de las familias argentinas.
En la misma línea, el ex secretario de Energía de la Nación, Gustavo Calleja, advirtió que es necesario “parar, organizar el sector y hacer un sistema tarifario más razonable”. Hasta aquí el único “plan” que parece tener el Gobierno para evitar que se produzca un colapso energético (que en épocas de consumo pico se torna inevitable) es el programa de Uso Racional de Energía Eléctrica (Puree), que castiga a los usuarios que consuman más energía que en igual período de años anteriores. “Hoy conviene consumir parte de gas y parte de electricidad”, aclaró el ex secretario de Energía de la Nación. Pero inmediatamente cuestionó la estrategia del Gobierno por “agarrársela” con la clase media. “Habría que castigar a productores y generadores, no al resto”, sentenció.
{{Vulneraciones laborales}}
Las empresas distribuidoras de energía deben ceder el 10% de sus acciones a los trabajadores del sector, según lo estipula la ley. Sin embargo, el Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata entabló una demanda contra Edea porque, según sostiene, “jamás respetaron ese acuerdo”.
Este parece ser el caso más grotesco entre las firmas de electricidad. Sin embargo, el dirigente de la federación de trabajadores argentinos del sector denunció que en el resto de las empresas también se producen irregularidades con respecto a este punto. Según explicó Rigane, las firmas llegan a un acuerdo económico con los gremios del sector, lo que les permite mejorar los ingresos a los trabajadores, al tiempo que les quita la posibilidad de participar en las asambleas de accionistas y ser parte de las decisiones relevantes, un derecho que deberían poseer en su calidad de accionistas.
Por otra parte, el dirigente gremial mencionó que las empresas de energía gozaron de un guiño oficial para establecer un convenio colectivo de trabajo con un sueldo menor al que tenían en épocas en que la energía la manejaba el Estado. También denunció que, en su momento, les dieron permiso para impulsar “despidos masivos”. Como contrapartida, Rigane puso como ejemplo a las cooperativas de energía que manejan un mercado muy menor en la Provincia, pero que respetan el convenio original de la década del ‘70, “cuyo costo es superior” y “no echaron a nadie”. “No digo que no tengan inconvenientes, pero pueden subsistir sin los gravísimos problemas que tienen”.