Terminado el acto electoral del 23 de septiembre, una hora después, en conferencia de prensa, Yasky anunciaba su triunfo a nivel nacional por más de veinte puntos e “irreversible”; cuando la realidad de los datos del escrutinio provisorio, cinco horas más tarde, decía que perdía por más de 25.000 votos, dando por tierra con todos los diagnósticos previos, que afirmaban que ganaban, (no olvidemos que contaban con el apoyo oficial). Entonces, comenzó a vociferar “fraude, fraude, hubo fraude”.
Un día después, el 24, Yasky afirmaba que ganaba con mínima diferencia, posteriormente, ante lo irremediable, se afirmaba en denuncias a la Lista 1 que había realizado fraude en varios lugares y, como eso no le alcanzaba, comenzó a denunciar a la Junta Electoral Nacional por “dibujar los resultados”, por ser de la Lista 1, olvidándose que la Junta Electoral Nacional fue electa por unanimidad por el Congreso Nacional de Delegados de la CTA (llamado al efecto en mayo del corriente año, Congreso que el propio Yasky, presidio).
Entonces apareció la “necesidad” de parte de la Lista 10 de recurrir al Tribunal Arbitral (acuerdo entre la Lista 10 y la Lista 1 de su conformación como ámbito de apelación en caso de diferendos con la Junta Electoral Nacional y como forma creativa de no acudir al Ministerio de Trabajo de la Nación, ni a la Justicia) como única garantía ante el supuesto “fraude”.
El propio Tribunal se encargó de dejar aclarado, antes de su autodisolución, que había hechos “irregulares” en algunas mesas (48 sobre un total de más o menos 8.000) y en tres provincias (Misiones, Mendoza y Tucumán), que era necesario realizar elecciones complementarias y además certificó que la Lista 1 ganaba las elecciones por 11500 votos a nivel nacional, amén de asegurar que las impugnaciones a las que había hecho lugar, «no empañaban el acto electoral total».
En su dramatización de las elecciones y victimización la Lista 10 de Hugo Yasky nunca se acordó del “fraude” comprobado y certificado (el único lugar donde no aparecen los padrones de la votación) que hubo en la provincia de Santa Fe, donde en seis mesas votaron el 98% de los empadronados y la Lista 10 ganó por miles de votos a cero ( una votación récord en tiempo, para el Libro de Guiness de 30 segundos por voto!!!!)
Así como el tero, reclamando elecciones y culpando sin fundamentos serios que la Lista 1 no quería elecciones complementarias y en medio de la negociación, sin previo acuerdo y sin aviso, se hizo nombrar interventor de la CTA nacional, a través de hacerse prorrogar el mandato por el Ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, sin plazo de duración, rompiendo todos los acuerdos firmados con la mano y borrados con el codo.
Otro dato de la realidad, ha sido que la Junta Electoral Nacional, cumpliendo con lo resuelto por el Tribuna Arbitral, convocó por Carta Documento a la Mesa Nacional Ejecutiva de la CTA para que la misma pusiera fecha de elecciones complementarias. Yasky y los integrantes de la conducción pertenecientes a la Lista 10 nunca se presentaron para dar quórum y así evitar la convocatoria oficial a las elecciones complementarias de la CTA.
El miércoles, sin previo aviso y parado en la prórroga de mandato (que según explicó públicamente era sólo para pagar los sueldos de los empleados de la Central) convoca por telegrama y por solicitada en un diario nacional a reunión para definir la fecha de las elecciones complementarias de la CTA, no se presentaron!!!
En realidad Yasky no quiere ir a elecciones complementarias, nunca quiso y menos aún desde que es interventor de la CTA, de la mano del Gobierno.
El Gobierno no pudo, ni podrá cooptar la Central de Trabajadores de la Argentina, sí lo logró con Yasky. Éste es funcional a las políticas del poder, es el instrumento para intentar paralizar a la CTA. Por eso no es casual el daño producido por esta estrategia bancada desde y por el poder, en el intento de tener una “CGT”, más presentable.