La CTA necesita crecer en la representación de los trabajadores del sector privado para consolidar su experiencia de organización autónoma y clasista.
Los trabajadores de la energía vamos construyendo una identidad que se desarrolla en esa dirección.
Con vistas a la participación de los compañeros de la energìa en el Encuentro Nacional de Trabajadores del Sector Privado que se llevará a cabo en Ferro el pròximo 8 de sepeimbre, la FeTERA, junto al Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata, organizaron en salón de la asambleas de la Cooperativa de Electridad de Mar de Ajò, el Plenario de Trabajadores Privados en Mar de Ajò.
En este encuentro estuvieron representados compañeros de la Cooperativa de Electricidad de Pinamar, CALP; de la Cooperativa de Mar de Ajò, ClyFEMA; de Centrales de la Costa Atlantica,de Mar de Ajò y de Mar del Plata; EDEA de Mar del Plata, San clemente del Tuyù y Santa Teresita; de la Cooperativa de Electricidad de San Bernardo, CESOP; de la Cooperativa de Electricidad de Balcarce; del Sindicato de Guardavidas, de la Mesa Nacional de FeTERA y de la FISyP, la Fundación de Investigaciones Sociales y Polìticas que Estuvo Representada por su Presidente Julio Gambina.
Uno de los primeros temas que se abordaron fue el la solidaridad de clase y la necesidad de enfrentar las enormes injusticias que generan los sistemas de contratación, la violaciòn de los C.C deT y la precaridad laboral.
Se realizó un debate y una actualizaciòn històrica sobre el momento del nacimiento y la necesidad de fundar tanto la FeTERA como la CTA. “En Argentina desde 1945, imperó un modelo organizativo, guiado por el proceso de desarrollo industrial necesario para sustituir importaciones, en una economía mundial que no producía suficientes bienes para exportar debido a la destrucción de las fábricas en Europa y Japón.
Este modelo en particular, privilegió al sindicato único por rama de actividad, a la Central Sindical única y la relación de dependencia y a la jubilación como única fuente de verificación de la condición de trabajador.
Este modelo entra en crisis a partir de fines de 1980 y da lugar al nacimiento de nuevas organizaciones, (como la CTA y la FeTERA) que evolucionan hacia el reconocimiento del trabajador en el marco de su clase y en la necesidad de establecer relaciones de fuerzas que permitan discutir y construir más allá de los límites de la relación laboral”.
También se discutiò sobre la construcción de poder y la vigencia de estructuras de dominaciòn por estategias de largo plazo. “ Hoy comprendemos que los sectores dominantes de la sociedad subsisten a partir de su grado de organización y de las relaciones de construidas para sostener esa condición de dominio y que los trabajadores podemos organizarnos para reformular estas relaciones de fuerzas, construyendo criterios propios para la transformación del Estado en función de nuestras necesidades y también para la modificación del Modelo Productivo y de distribución de riqueza y del concepto de propiedad”.
Por ùltimo entre las conclusiones podemos señalar entre otras, que “organizarse es una necesidad para desbalancear el enorme poder que el empleador tiene sobre nosotros.
Visualizar las posibilidades transformadoras e integradoras de la organización y decidirse a desarrollarlas, constituye el gran desafío que los trabajadores comenzamos a enfrentar a partir de fines de 1980”.