Mediante una videoconferencia desde Santa Cruz, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, anunció dos obras: la construcción y mantenimiento de la Central Termoeléctrica Guillermo Brown, que estará ubicada en la localidad de General Daniel Cerri; y la construcción de las líneas de transmisión en 500 KV entre Mar del Plata y Bahía Blanca que uniría a nuestra ciudad, de manera consistente, con el sistema interconectado nacional.
Sobre ésta última obra se discutía, su necesidad en el año 1987 cuando Antonio Cafiero era gobernador de la Provincia de Buenos Aires y Alieto Guadagni era el responsable del área energética. Sin embargo, durante más de 25 años, no se avanzó ni un centímetro en la construcción de la línea.
Lamentablemente, nos cuesta creer que la iniciativa anunciada el pasado 21 de agosto se lleve a cabo rápidamente después de 25 años de espera, siendo esta obra de imprescindible necesidad. Más aún, si tenemos en cuenta que en 2006, el entonces presidente de la Nación Néstor Kirchner desde la Casa Rosada asumió el compromiso de realizar la repotenciación de la Central 9 de Julio. Obra que tampoco se hizo.
¿Por qué no se repotencia la Central 9 de Julio?
Desde 1999 que desde Luz y Fuerza Mar del Plata manifestamos que la crisis energética en la ciudad es cada vez mayor y que la REPOTENCIACIÓN de la Central 9 de Julio es una obra imprescindible en la coyuntura actual. También dijimos que la obra de fondo era, y es, la línea de 500 KV de la cual se acaba de anunciar su licitación.
Fue en 2004 que logramos que el Municipio de General Pueyrredon declarara de “interés municipal” el proyecto de repotenciación; y en octubre del mismo año que la Cámara de Diputados declarara de “interés provincial” nuestro proyecto.
En 2006, con el repunte de la economía, el Gobierno Nacional debió enfrentar una realidad insoslayable: la crisis energética que se fue profundizando por el modelo privatizador y de extranjerización de nuestro patrimonio. Fue así, que nuestro proyecto de repotenciación se convirtió en un proyecto oficial que el mismo Néstor Kirchner anunció desde la Casa Rosada. El proyecto, establecía que los costos de la obra se cubrirían con fondos de la Nación y la Provincia.
El 17 de junio de 2013, los medios de comunicación locales publicaron la noticia de que el intendente municipal, Gustavo Pulti, había mantenido una reunión con el presidente de Centrales de la Costa Atlántica, Tomás Hogan. “Pulti nos habló del crecimiento industrial de Mar del Plata -no solamente del social y el turístico- y el serio problema que tiene la ciudad en su crecimiento industrial por la falta de energía. Nosotros hemos presentado en Planeamiento un proyecto para el desvío de una de las calles para tener más lugar en la Central 9 de Julio y encararíamos el hecho de repotenciar con dos máquinas de última generación, como las que tenemos en la Central Oscar Smith de General Madariaga”, sostuvo el exintendente de Miramar.
Sin embargo, dos meses después, el mismo intendente municipal que se comprometió a repotenciar la Central 9 de Julio, participó, junto al Gobernador Daniel Scioli, del anuncio de la construcción de las líneas de 500 kv entre Bahía Blanca y Mar del Plata. Obra, que por su envergadura, tardaría por lo menos 7 u 8 años en concretarse. La repotenciación de la Central llevaría alrededor de dos años. Entonces, si la repotenciación no se ejecuta: ¿Qué pasa mientras tanto con la energía en Mar del Plata y Centro sudeste de la Provincia?
Los intereses políticos partidarios y económicos, una vez más, interfieren con las necesidades del pueblo. Por lo menos dos cuestiones nos hacen pensar esto: el recientemente renunciado presidente de Centrales de la Costa Atlántica es el padre del actual intendente de Miramar, Tomás Hogan que se unió al Frente Renovador de Sergio Massa; por otro lado, existen intereses económicos que quieren que en el edifico de la Central se realice un emprendimiento comercial de envergadura.
Mientras tanto, en Mar del Plata se instalaron 40 motogeneradores para abastecer a la ciudad en el verano y muchos todavía están funcionando para tratar de cubrir la demanda que tiene la ciudad. Son equipos antieconómicos, que generan ruido, vibran, contaminan el medio ambiente y gastan más combustible del necesario. Son equipos de emergencia para usar durante apagones y que en nuestra ciudad se usan cotidianamente para satisfacer la demanda.
Los que menos tienen, los barrios periféricos de nuestra ciudad, son los que sufren los cortes de energía cuando la demanda crece exponencialmente. Entonces, ¿quién gana cuando pierde el pueblo?