Mar del Plata, 14 de marzo de 2014
La crisis energética es parte de una brutal recidiva de la financiera del 2008, a la cual lo acompaña como efecto, una ambiental que incide en una hiperinflación sin precedentes en el precio de los alimentos a nivel mundial. Entre sus manifestaciones la de Ucrania en Europa, que incluye la disputa por el paso del gas, se hace perentoria porque en el 2015 Rusia, tendrá finalizado el gasoducto sur que no pasa por suelo Ucraniano y entra a Europa por Bulgaria. Pero además por lo dicho al principio de este párrafo Ucrania es el granero que le viejo continente requiere para resolver su necesidad alimentaria, no podemos obviar en ese aspecto que también su ubicación geopolítica es una basa esencial de los Estados Unidos para provocar militarmente a Rusia. La agresión imperialista que se procesa sobre Venezuela es del mismo cuñeo y lleva inscripto como un sello, el intento de impedir organizar con independencia y soberanía el proceso político social Bolivariana motorizado por la clase obrera y el campo popular de la nación hermana. Es tan profunda la magnitud de la crisis que hoy en las calles de Caracas, Miranda, Táchira, etc., se está jugando el presente y el futuro de los pueblos sudamericanos.
La esencia del problema es el modelo productivo y de desarrollo capitalista mundial con base en la explotación de los hidrocarburos, que ante la crisis desplegada desde los años ´70, el imperialismo, principalmente Estados Unidos pretende resolver con militarización de la sociedad mundial y control de las reservas petroleras y gasíferas del mundo, limitando el uso de fuentes alternativas de energía y cerrando el paso a pensar a la energía como un derecho y exacerbando el carácter mercantil y excluyente de los recursos energéticos.
La política imperialista reconoce en el último tiempo la agresiva tecnología del “fracking”, o “fractura hidráulica”(1) para la explotación de los hidrocarburos no convencionales, el shale oil y el shale gas, con experiencia desplegada en Estados Unidos y que ya ha desatado una importante resistencia popular en ese país. Desde esa resistencia es que la iniciativa estadounidense se expande a otros territorios y entre ellos a la Argentina, donde las necesidades energéticas aparecen funcionales a los requerimientos de los Estados Unidos (2).
Argentina sufre la crisis energética a causa de su modelo productivo sojero, mega minero a cielo abierto y de desarrollo del agro-negocio de exportación o su modelo industrial de armaduría, también para la exportación; todos intensivos en el uso de hidrocarburos que exacerba la crisis en el orden local. La respuesta argentina combina la subordinación de la YPF de gestión estatal al acuerdo con las trasnacionales, inicialmente con Chevron para poner a disposición del imperialismo el tercer reservorio de hidrocarburos no convencionales del mundo. Como parte de esa estrategia resulta el acuerdo de pago a Repsol por la expropiación parcial comprometiendo deuda pública por 6 mil millones de dólares hasta el 2033, hipotecando el presente y el futuro de las generaciones de argentinos.
Desde la FeTERA denunciamos y rechazamos la política de privatizaciones desde los ´90 del siglo XX y la continuidad que supone la actual política energética de entrega y subordinación a las trasnacionales y al imperialismo al tiempo que luchamos por otra política energética de soberanía que diversifique la matriz energética y discuta la necesidad de otro modelo productivo y de desarrollo que parta de concebir a la energía como un derecho y por lo tanto incorpore a la lucha por la des-mercantilización de la educación, la salud y el transporte a la energía, todo en perspectiva por construir una sociedad emancipada.
Insistimos desde la FeTERA en el desarme de la política de entrega que instrumentó el menemismo en los `90, desregulando la energía y favoreciendo la exportación de gas y petróleo, por lo que exigimos prohibir con las exportaciones de crudo que hoy son parte de la realidad que incluye la importación de combustibles, la disminución de las reservas de hidrocarburos y la exportación de petróleo.
Un tema especial merece la política de precios de la energía, que requiere autonomizar los costos locales de producción de los precios internacionales y así definir una relación entre costos y precios finales en materia de petróleo, combustibles, electricidad y gas. Se trata de atender las necesidades de la producción y el consumo local con autonomía y soberanía desvinculando el proceso productivo local de la dependencia de las transnacionales de la energía y el poder mundial.
Por todo ello y pensando en el papel estratégico de YPF en la política energética, desde este Congreso de la FeTERA proponemos la socialización de YPF con gestión estatal, de los usuarios y los trabajadores activos y pasivos en el camino de la construcción de otro modelo productivo y de desarrollo para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población. Es parte de nuestra propuesta de recuperación del patrimonio nacional y constituye un aporte en la lucha continental y global por la soberanía energética. Somos conscientes que la solución a la soberanía energética es compartida en el marco de la integración regional, tal como oportunamente se propuso la construcción de “Petroamérica”.
Mar del Plata, 14 de marzo de 2014.
(1)Con respecto a la “fractura hidráulica” Nafeez Mosadegh Ahmed (Politólogo Director del Instituto de Política y Desarrollo de Recursos de Brighton, Reino Unido), refiere en el final de su intervención en relación a la fractura hidráulica tanto el caso del petróleo como el gas:”tapado por la retorica publicitaria de los lobistas de la energía, estos reportes (se refieren a la burbuja financiera share oil& gas), no llamaron la atención ni de los medios de comunicación ni de los políticos. Es lamentable, porque la conclusión a la que se llega es fácil de entender, lejos de restaurar una determinada prosperidad, estos camuflan una burbuja artificial que temporalmente oculta su inestabilidad estructural, cuando la burbuja estalle que ya lo está haciendo va a disparar los precios amenazando con afectar dolorosamente la economía mundial.
(2)Es por eso que el decreto 928 se refiere a la explotación convencional y no convencional porque en realidad el interés de Chervron y otras empresas monopólicas por venir no es solamente la fractura hidráulica en Vaca Muerta sino los molles que es un yacimiento convencional que es 5 veces mayor en productividad . Ver en este aspecto: “Los verdaderos dueños de vaca muerta, las petroleras internacionales encabezadas por la EXON ESTÁNDAR” de Javier Llorens y Mario Cafiero.