Intervención del Secretario de Organización e Interior de la FeTERA-CTA, en la Cámara de Diputados en las comisiones de Energía y Combustibles y de Presupuesto y Hacienda, en el debate sobre la indemnización a Repsol.
Quería decirles que estoy muy agradecido a los diputados y diputadas que tuvieron la amabilidad de extender la invitación y permitir la opinión de los trabajadores del sector energético con respecto al tema de la compensación económica a Repsol por la compra del 51% del paquete accionario de la empresa.
Nosotros como trabajadores evaluamos las consecuencias de todos estos años de concesión y privatización de todo el sector energético, en este caso el hidrocarburífero.
Creemos que la perdida de soberanía no es una cuestión menor, porque ha traído como consecuencia la perdida del desarrollo de políticas de crecimiento y expectativa económica en función de las cantidades de energías disponibles, porque las decisiones sobre las cantidades de energías disponibles las empezaron a tomar los privados en función de sus necesidades de tasa de ganancia, de importación y exportación de recursos y no en función de proyectos de desarrollo asociados, por ejemplo, a la creación de puestos de trabajo.
Creemos que la pérdida del control sobre la renta energética durante todo este último período ha llevado a que se haya perdido la oportunidad de una renovación de la matriz energética en Argentina. Renovar la matriz energética requiere no solamente de decisiones políticas de fondo, sino también de desarrollo y conocimiento tecnológico y de posibilidades estructurales que llevan muchísimo dinero y que la renta energética, la renta petrolera, la renta gasífera tiene que sostener económicamente.
Y por qué es importante diversificar la matriz: primero, porque los recursos que utilizamos mayoritariamente en Argentina, como el petróleo y gas, tienden a agotarse como en el resto del mundo y, segundo, porque la industria del petróleo ha creado una situación de contaminación global que perjudica seriamente el desarrollo civilizatorio actual y necesitamos tener recursos más limpios, cosa que es muy difícil de lograr cuando la renta se está llevando fronteras afuera y no se puede aplicar en conocimiento de investigación.
El derecho a la energía se perdió durante el período de concesiones y hubo que discutir proyectos y apoyar leyes de “Derecho a la Energía” y legislar sobre la prohibición de cortes de gas, de electricidad y de agua durante el período de concesiones. Porque el interés de lucro de las empresas privadas hacia que la situación de pobreza, de indigencia, de falta de trabajo de muchísimos trabajadores y trabajadoras en la Argentina no le garantizaran el derecho a tener luz, a tener agua y a tener gas en sus viviendas. No le garantizaban el derecho a vivir dignamente en el Siglo XX o en el Siglo XXI.
En el tema de la pérdida de reservas, es inaudito que Repsol no pueda ofrecer las mismas reservas que tenia al principio de su concesión. Esto es sencillo; esto habla que el trabajo petrolero directamente no lo hizo. No repuso lo consumido. Esto es una enorme pérdida para todos nosotros, para el conjunto del pueblo argentino. Millones de dólares para inversión futura para recuperar lo que teníamos en 1998 o en 1997 o también en 1988.
Hubo pérdida de conocimiento técnico. Se reformularon los planteles de trabajo de la empresa, se tercerizó conocimiento técnico: se perdieron laboratorios, se perdieron tecnologías que son necesarias para encarar el trabajo petrolero sin Repsol. También se perdieron muchísimos derechos laborales.
Todo esto se produjo a través de decisiones que tomaron los poderes del Estado y que fueron trascendentes para la vida cotidiana de hombres y mujeres de este país durante todo este período, pero que no fue sometido a consulta pública.
El pueblo sufrió las consecuencias de todo este período de privatización de los recursos y de los servicios públicos. El pueblo no decidió sobre las privatizaciones. Pero el pueblo si observó todo a través de los diarios y la televisión como se discutían estos temas. El pueblo sufrió las consecuencias de toda la experiencia. Los trabajadores tuvimos que resignar muchísimos derechos mientras se desarrollaba todo este período de privatización, entrega y pérdida de soberanía y ahora se quiere compensar a Repsol con 5.000 millones de dólares.
Creo que esa decisión es tan atrevida y tan alejada de los intereses populares como cuando se decidió que esto se tenía que privatizar. Es necesario que el pueblo opine sobre lo que esta sucediendo aquí y qué tipo de modificaciones, aciertos y desaciertos, castigos o premios hay que dar a todos los que intervinieron. Y no solamente hablo de los responsables de las empresas, sino también de los funcionarios de los gobiernos. Hay varios gobiernos involucrados en el desarrollo de las privatizaciones.
Y los trabajadores nos jubilamos después de 30 años de trabajo y en ese período hay toda una generación de trabajadores que no conoció la felicidad en este país; que tiene recuerdos vagos de la vigencia de convenios colectivos exitosos en la década del 70; que no tiene futuro laboral; que no sabe en qué condiciones se va a jubilar, justamente, porque se cambiaron las reglas del juego a principios de los 90.
Y ahora se quiere compensar a uno de los principales actores de todo el período con 5.000 millones de dólares como si se le debiera algo. Nos quedamos sin reservas de petróleo y gas, y nos quedamos con muchos problemas sociales. Creo que hay que consultarle al pueblo si de verdad hay que compensar a esta empresa, o hay que generar condiciones de castigo y hay que buscar nuevas políticas para satisfacer una matriz energética que tenga que ver con un proyecto político de desarrollo, crecimiento y empleo en la Argentina.
Nadas más, muchas gracias.
9 de abril de 2014