Entrevista al Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata, José Rigane, sobre las estadísticas del INDEC y los datos reales de la desocupación, inflación, indigencia. También charlamos sobre la situación en Mar del Plata y la negociación paritaria que se avecina.
– ¿Qué reflexión hace sobre los índices oficiales del INDEC referidos a la desocupación, la indigencia y la inflación?
– En primer lugar, estos números siguen estando en un contexto donde los indicadores no dan ningún tipo de seguridad porque desde que el INDEC fue intervenido, ha dejado de ser una institución reconocida por la sociedad argentina, y se alejó de dar datos fidedignos y certeros que reflejen la realidad económica y social del país. Esto es tan así que algunos datos vinculados a la canasta básica, a la pobreza, a la indigencia, han dejado de hacerse hace ya varios años y son datos importantes para saber y poder valorar el estado de situación real, el diagnóstico para poder pensar las políticas instrumentales que modifiquen esa realidad.
De cualquier manera, basados sólo en los datos oficiales, está claro que el modelo productivo es un modelo que sigue poniendo el centro en la concentración y centralización de la riqueza. Es un modelo que sigue basándose en el extractivismo y que producto del proceso inflacionario, la devaluación del peso y la crisis del sistema capitalista mundial de la cual nosotros no estamos exentos, configura una situación donde el trabajo sigue siendo precario, absolutamente inestable (porque en Argentina se puede despedir sin causa) y sigue siendo en negro con cifras que están cercanas al 38 o 40 por ciento, una cifra muy alta. Más allá de lo que se diga desde el ámbito gubernamental, la desocupación sigue siendo uno de los problemas más importantes y significativos en Argentina.
– ¿La distribución de la riqueza que se pregona desde el gobierno nacional no es tal?
– Está demostrado que la concentración y la extranjerización sigue siendo lo determinante en la economía argentina. Cuando vemos las estadísticas de la década del 90 y las trasladamos a nuestros días donde incluso hay trabajos por especialistas que lo demuestran, se ve que de las 200 empresas de mayor facturación, están las empresas extrajeras como las más importantes en cantidad de ventas, facturación, mayor incidencia en la realidad económica y social y que demuestra que la soberanía es de otros y no nuestra. Hay una realidad que es el déficit nacional: según el propio gobierno, ha superado los 109 mil millones de pesos. También es cierto y verificable que hay en ese presupuesto mayor dinero destinado a cuestiones de carácter social como el Salario por Hijo (aunque no es Universal pero es gran inversión), los aumentos previsionales, entre otros. Pero ¿por qué si se han incrementado tanto los porcentajes de estos beneficios, aun así sigue creciendo la pobreza? Porque según estadísticas no oficiales hay una cantidad de datos que demuestran que la pobreza crece, llegando en el Noreste argentino a un 60 y en el Noroeste un porcentaje similar y que la indigencia está en el 12 o 13 por ciento. Todo eso no es lo que se refleja en Capital Federal y Gran Buenos Aires donde los índices son menores. Pero cuando hablamos de personas, hablamos de millones, esto quiere decir que es estructural por lo tanto, las políticas que se implementan, que pueden ser ciertas, no resuelven el problema de la pobreza y la indigencia. Deberíamos discutir a fondo cuáles son las modificaciones de las políticas a implementar que resuelvan el problema de pobreza en Argentina.
– ¿Y en Mar del Plata, cómo analiza la situación?
– Si miramos Mar del Plata vemos que está con altos índices de desocupación y subocupación pero que no es un problema ajeno para los que vivimos en la ciudad. Veamos lo que ha pasado con la industria del pescado que se debate en una agonía permanente sobre todo en la última década, producto de las políticas aplicadas y la consecuencia ha sido cada vez más precarización de los trabajadores de todos los sectores, la industria general está afectada y eso repercute seriamente en toda la ciudad. A eso hay que sumarle las cooperativas truchas donde el trabajo ilegal constituye un gran problema.
Si a la situación del puerto le agregamos la pérdida de competitividad de la industria textil que por décadas ha sido referencia y tuvo la impronta de incorporar masivamente mano de obra, ahora vemos que está sucediendo todo lo contrario, esto configura otro estado de situación.
Por ultimo tenemos lo que sucede con la construcción que es la actividad que mantiene un nivel medio estable que también depende de la situación económica del país. Por momentos tiene un desarrollo importante y de incorporación de mano de obra, pero por otros se estanca y establece altos índices de desocupación.
Como acá no hay un proceso de desarrollo industrial e incorporación de empresas que tengan como objetivo establecerse en la ciudad o en la zona para incorporar mano de obra, queda claro por qué vivimos este problema con el trabajo desde hace muchos años. No es que la desocupación o la subocupación de Mar del Plata se ha instalado ahora, venimos con esta situación desde la década del 90. No en vano el movimiento obrero local ha incorporado la Marcha a San Cayetano a pedir trabajo como una tradición anual.
– La inflación oficial 2014 fue el 27 por ciento y estamos empezando las discusiones paritarias de este 2015. ¿Cómo va a ser la discusión en este contexto y en un año de elecciones?
– En primer término nadie puede dejar de reconocerle a este gobierno que restableció en 2003 las paritarias en términos institucionales. Pero todos los años cuando empieza el período de discusiones comienza una disputa con el gobierno nacional donde lo cierto es que el restablecimiento del Consejo del Salario (conformado por autoridades nacionales y las cámaras empresariales) no ha sido hasta hoy lo que específicamente la ley establece y lo que el movimiento obrero argentino necesita. Porque las paritarias se transforman en un bochorno cuando es el gobierno nacional el que establece de movida cuál es el porcentaje que está dispuesto a admitir como aumento salarial y eso sucede todos los años. Este año habla del 25 al 28 por ciento, cuando el proceso inflacionario nuestro ha estado en el orden del 35 a 38 por ciento según qué estadística miremos.
Por otro lado, sabemos que este es un año electoral y todo va a estar tensionado por los posicionamientos políticos; y el movimiento obrero no va a escapar a esa tensión. Nosotros debemos bregar para obtener una paritaria que responda a las necesidades del conjunto de los trabajadores y que el Consejo del Salario recupere su vitalidad y cumpla con lo que la ley establece, porque hasta ahora se lo convoca en un escenario donde se juntan las partes y donde ya tienen prestablecido cuál va a ser el aumento del salario mínimo vital y móvil. A pesar de que todo el año se pelean y se dicen de todo, en esa mesa se ponen de acuerdo rápido para joder al trabajador. Para nosotros hoy ese salario no puede ser menor a 10 mil pesos y sin embargo ahora está alrededor de 4400 pesos. Lo mismo que el mínimo de la jubilación que debería ser el 82 por ciento móvil del salario pero de 10 mil pesos. Es natural que pueda haber desarrollo de conflicto, porque a eso hay que sumarle la precarización laboral y el sector afectado por el impuesto a las ganancias. Este va a ser el gobierno que pase a la historia por haber mantenido y desarrollado un impuesto totalmente regresivo, como es el IVA al conjunto de la clase obrera y el impuesto a las ganancias a la Cuarta categoría considerando el salario como ganancia. Y se ven afectados no sólo un millón de trabajadores como dicen los funcionarios, sino 4 o 5 millones porque cada trabajador representa una familia y es inaudito que en la Cuarta Categoría se esté aportando más que en las propias empresas. El tema de las paritarias es un tema que en buena hora podamos desarrollar su instrumentación pero no hay duda que va a ser conflictivo porque es absurdo que pretendan que se acepte un incremento del 25 o 28 por ciento y además en dos o tres partes en el transcurso del año.
– Por último, en Mar del Plata hace más de un mes trabajadores despedidos de una empresa de pescado están tomando el Ministerio de Trabajo de la Provincia para que atiendan sus reclamos, ¿qué reflexión le genera esto?
– Esta es la demostración de para qué están los funcionarios públicos, que asumen responsabilidades y después dicen que las situaciones los exceden. Si los excede a ellos, ¿quién es el que se tiene que hacer cargo? Es la demostración cabal de que los trabajadores están a la buena de Dios, porque la empresa hizo lo que quiso desde el primer día, poniéndolos en negro, los explotó a más no poder y ahora los echa y se desentiende del tema. Pero son a esas firmas, a estos personajes, a los que les siguen concediendo crédito y beneficios los mismos funcionarios. Ellos son los responsables políticos que les habilitan ventajas bajo el pretexto de que van a dar trabajo aun en condiciones de irregularidad y ahora no se hacen cargo.
Al trabajador no le queda otro camino que reclamar. Para que aunque sea le reconozcan lo mínimo e indispensable, tiene que exponerse en la vía pública, a la represión, exponerse al señalamiento con el dedo, que lo tilden de desubicado. Pero está reclamando lo que merece y necesita para vivir. Si les hubieran dado la indemnización que les correspondía no estarían ahí. Es una verdadera vergüenza y es una demostración de en qué lugar de la escala de valores de los funcionarios, de los responsables políticos del Ejecutivo, del Concejo Deliberante y del Ministerio de Trabajo, ponen al conjunto de los trabajadores.