FeTERA: Declaración de Mar del Plata, 20 y 21 de marzo de 2015
Las trabajadoras y los trabajadores de la FeTERA, reunidos en Congreso en la Ciudad de Mar del Plata manifestamos nuestra solidaridad militante con la lucha del pueblo argentino contra la dictadura genocida que asalto el poder hace 39 años un 24 de marzo de 1976. Es una lucha que persiste en cada conmemoración y repudio al golpe genocida, como a las acciones que en la actualidad desplegamos contra el avasallamiento de nuestros derechos. Repudiamos la ley antiterrorista y el proyecto X, reclamamos por la aparición de Julio López, el desprocesamiento de los más de 2000 compañeros procesados por luchar y la inmediata separación de Milani al frente del Ejército. La defensa de los derechos humanos trasciende el repudio al Terrorismo de Estado y se concreta en el presente en la defensa del salario y las condiciones de trabajo; contra el desempleo, el subempleo, la precariedad laboral y la tercerización; enfrentando a la flexibilidad salarial y laboral, los salarios de hambre y la explotación; contra el impuesto a los salario, el 82% móvil para jubilados y pensionados, y por la universalización de los derechos de las trabajadoras y trabajadores.
Sin embargo, las trabajadoras y los trabajadores de la energía vamos más allá de la lucha por nuestras democráticas reivindicaciones y luchamos en el seno de la CTA Autónoma en defensa del clasismo, contra el capitalismo y el imperialismo; contra el colonialismo, el patriarcado y toda forma de racismo. Somos parte del movimiento obrero que propone un nuevo modelo sindical, que lucha por la libertad sindical y la democracia en la organización del movimiento obrero popular.
Nuestra memoria y recuperación recoge lo mejor de la lucha del movimiento obrero a fines de los 60 y comienzos de los 70, con el Gringo Tosco a la cabeza. El sindicalismo de liberación era la bandera del histórico dirigente de Luz y Fuerza, imagen y ejemplo que inspira la lucha de la FeTERA. La gigantesca acumulación de poder popular de las trabajadoras y trabajadores en los tempranos años 70 desato la furia de las clases dominantes que lanzaron su cacería sobre los trabajadores y el pueblo y produjo 30.000 detenidos desaparecidos y la mayor ofensiva reaccionaria contra los derechos sociales y políticos de nuestro pueblo, las trabajadoras y trabajadores. Desde entonces sobrevive la ley de entidades financieras y la legislación de inversiones externas y todo el andamiaje jurídico como la ley de Reforma del Estado y desde el año 1991 se prorroga la ley de Emergencia Económica y las recurrentes restricciones al derecho laboral. Con aquella reforma reaccionaria se crearon las condiciones para la ofensiva privatizadora de los 90 y el condicionante presente del endeudamiento público. Hay que destacar que el actual gobierno no sólo dio continuidad con el modelo privatizador y de extranjerización, también ha completado el desguace del Estado y la dependencia.
Denunciábamos, desde el origen de FeTERA, las consecuencias nefastas que traería el neoliberalismo. Las extraordinarias ganancias de las multinacionales y la falta de inversiones nos han hundido en una profunda crisis energética de características inusuales. Éramos un país autoabastecido energéticamente y hoy debemos importar combustibles y gas y sufrir apagones cada vez más frecuentes y más prolongados. En 2014 se importaron gas y combustibles por 12.400 millones de dólares produciendo una sangría de recursos del Estado. Ese déficit energético que debería ser destinado para salud, educación y generación de empleo.
Los principales perjudicados de esos cambios que hoy se mantienen los sufren los de abajo. El enemigo a debilitar y vencer era el movimiento obrero y popular organizado y con disposición a luchar por la liberación contra la dependencia capitalista. Es un propósito que persiste y que enfrentamos desde FeTERA y la CTA Autónoma.
Las trabajadoras y trabajadores de la energía somos conscientes de la continuidad de la ofensiva del capital en estas cuatro décadas y cuyos objetivos no terminan de materializarse y que vienen por más, lo que supone mayor explotación de la fuerza de trabajo y una agresiva iniciativa para consolidar el saqueo de los bienes comunes. El acuerdo con Chevron además de profundizar el saqueo dejará tremendas consecuencias de destrucción del medio ambiente. Pero también reconocemos que nuestra resistencia contribuye a constituir fuerza social y política para la transformación social, en la lucha por la emancipación social, la liberación y la revolución. Es un camino que transitamos con los pueblos de Nuestra América en la heroica brega cubana por el socialismo y contra el bloqueo criminal de EEUU; con Venezuela bolivariana amenazada y agredida por EEUU y las clases dominantes en nuestros países; con la Bolivia indígena originaria campesina, minera y empobrecida por el saqueo de siglos y una variada gama de experiencias de confrontación con las políticas hegemónicas de ajuste y reestructuración reaccionaria y regresiva desde tiempos del terrorismo de Estado en la región.
Hoy Venezuela es víctima de la agresión imperialista que busca a través del sabotaje, el desabastecimiento de elementos básicos de subsistencia, inflación y violencia política. Estados Unidos utilizó esta estrategia a principios de los 70 derrocando a Salvador Allende con directa participación de la CIA y la flota norteamericana e instaló una de las dictaduras más sangrientas y fascistas del continente americano.
Los logros del pueblo venezolano están en peligro y necesita de la solidaridad internacionalista de los trabajadores en primer lugar porque la intervención norteamericana en el continente significará un nuevo retroceso para los pueblos latinoamericanos.
Esa existencia de otra iniciativa política popular es lo que explica la renovada contraofensiva de las clases dominantes y el imperialismo sobre los procesos de cambio en la región latinoamericana y caribeña. Por eso nuestra solidaridad militante con Cuba, Venezuela y la lucha de nuestros pueblos en la región y en el mundo. Por eso nuestra construcción es junto al Encuentro Sindical Nuestra América y otras formas de agrupación del movimiento obrero y popular en la región y el mundo.
En la Argentina estamos desafiados a construir poder popular para enfrentar un modelo productivo y de desarrollo que afirma la concentración de los capitales y la extranjerización, alimentando la voracidad de las trasnacionales productivas y de servicios que resuelven su objetivo de ganancias gigantescas a costa del salario y los ingresos populares.
En materia energética se consolida el proyecto de entrega a los monopolios de la energía con los contratos con Chevron y las principales petroleras del mundo para explotar los hidrocarburos no convencionales. La subordinación a la matriz energética hegemónica y la pérdida de la soberanía a manos de grandes petroleras que abusan de la tecnología depredadora, tal el caso de la fractura hidráulica, da cuenta de la amenaza y el desafío por el activo constructor de la FeTERA. No sólo enfrentamos al monopolio capitalista en el petróleo o el gas, sino que denunciamos en el marco de la crisis energética la afectación del medio ambiente con efectos desastrosos para las condiciones de vida de la población y convocamos a luchar en defensa de los bienes comunes y por la soberanía.
Sostenemos que nuestra lucha es por reivindicaciones democrática, por el salario y el empleo, y en el marco de la unidad en la acción la CD informara a las organizaciones de base sobre las medidas de fuerza del 31 de marzo; pero más allá de ello luchamos por el derecho de la sociedad a la energía, por la defensa de la soberanía del pueblo y por la instalación de un proyecto político de emancipación y liberación.
La lucha es fortalecer a nuestras organizaciones de base y con ello a la propia FeTERA y a la CTA Autónoma, tanto como al ESNA y otros ámbitos de articulación del poder global de las trabajadoras y los trabajadores.
Mar del Plata, 21 de marzo de 2015