Por José Rigane
(Sec. Adjunto de la CTA-A, Sec. Gral. de la FeTERA y Sec. Gral. de Luz y fuerza de Mar del Plata)
El gobierno nacional convocó esta semana al Consejo del Salario para actualizar el nuevo Salario Mínimo Vital y Móvil para el país. Se actualizará de $ 4.700 a $ 6.060 en dos tramos: en agosto llegará a $ 5.588 y enero de 2016 a los $ 6.060, dando un acumulado de 28,5%. El gobierno salió a construirlo como un triunfo, pero negando que por mes se necesita mucho más para eludir la pobreza real (la que oculta el gobierno). Como telón de fondo: sólo participaron los amigos de la Casa Rosada.
El gobierno habla sólo con los amigos y con los que le dicen todo que sí, tiene incapacidad de hacer lo que a veces dice en la tribuna, que hay que escuchar a todas las voces y opiniones. Este gobierno nunca lo hizo, y la reunión para definir el Salario Mínimo Vital y Móvil fue una nueva demostración.
El gobierno no quiere sentarse en una misma mesa con una central sindical como la CTA-Autónoma que no comparte sus planteos y miradas sobre la realidad de una inmensa mayoría de argentinos. Una central que discute sus políticas en cuanto a temas tan importantes como la pobreza, el salario, la precarización laboral, el modelo productivo y la entrega de soberanía frente a las multinacionales. Pero prefiere sentarse con sus amigos.
¿Qué hubiéramos planteado? La lista puede ser bastante grande, hace años que venimos trabajando en distintas cuestiones irresueltas por el modelo kirchnerista. La primera que surge por su urgencia y relevancia es estudiar a fondo el valor de la canasta básica, que para el caso del SMVM debe asociarse con la canasta de bienes y servicios para un trabajador soltero sin carga de familia. Es algo que el país debe realizar, convocar a amplios sectores para determinar un valor real que no deje lugar a que no haya ningún pobre más en la Argentina.
Claudio Lozano, Diputado Nacional de la CTA y candidato a Dip. Nac. por el Frente Popular en CABA, afirma en una nota publicada en Agencia ACTA que «la ley establece que será el Consejo del Salario el encargado de definir la canasta básica que se convierta en elemento de referencia para la determinación del Salario Mínimo, Vital y Móvil”. Y agrega que “el Gobierno nacional no sólo ha vaciado de contenido democrático al Consejo del Salario, sino que también ha incumplido expresamente con la ley al no elaborar nunca la citada canasta de referencia para la fijación del Salario Mínimo, Vital y Móvil».
En los últimos años, el Salario Mínimo Vital y Móvil se fue ajustando por debajo de la inflación y las paritarias. De esta manera, el SMVM -que tiene que ser la base previa para la discusión de las paritarias de los trabajadores- fue ajustado después del cierre de los acuerdos paritarios de todos los gremios de todas las centrales sindicales (más allá de alguna negociación que se esté desarrollando todavía). De este modo, el SMVM es convertido por el gobierno en un ancla que sujeta a las paritarias generando un techo en los montos de la negociación, que este año estuvo alrededor del 28%. Este mecanismo de poner a las paritarias antes del SMVM perjudica ampliamente al bolsillo de los trabajadores.
La CTA-Autónoma y la CGT realizaron una conferencia de prensa, luego de conocerse el nuevo SMVM, donde denunciaron que el salario mínimo real es el más bajo de los últimos 9 años. Esto no es por un capricho, sino porque somos los trabajadores los que padecemos realmente los efectos de la inflación en el bolsillo. Nadie mejor que los trabajadores para saber que el salario no alcanza.
Por otra parte, el gobierno se jacta del reciente acuerdo del SMVM pero oculta que éste representaba en marzo el 37,4% del salario promedio de un trabajador del sector privado registrado, mientras que en 2007 era del 44,9% para el mismo caso.
Vale agregar que el reciente acuerdo del SMVM en el Consejo del Salario (para los amigos) no alcanza a los trabajadores municipales ni provinciales, entre otros casos. Estos trabajadores no están comprendidos en el aumento a $ 6.060 porque no se ven alcanzados por su sistema laboral.
La CTA-A tiene una propuesta, formuladas a través de su instituto que le ha dado lugar a los cuadros técnicos y políticos desechados por el INDEC, de un Salario Mínimo, Vital y Móvil de 12.600 pesos. Basta salir a la calle, comprar los bienes más elementales día a día o mes s mes para comprobar que no alcanza. La CTA-Autónoma no determinó que se necesitan $ 12.600 mensuales por una decisión caprichosa, sino porque somos los trabajadores los que sufrimos las miserias cotidianas más elementales de este modelo y de este sistema.
El futuro depende de nuestra capacidad organizativa, de nuestra capacidad de convocatoria y de dar curso a propuestas que contengan a los sectores que tenga las mayores necesidades. Hoy la precarización, la indigencia y la pobreza tienen que ser nuestra principal preocupación y para cambiar esto hay que modificar el modelo económico que intenta hacer malabares entre un pésimo intento de industrializar el país pero bajo una fuerte dependencia de las inversiones extranjeras. Un modelo que no abandona el extractivismo que beneficia a las multinacionales porque estructuralmente lo sostiene.
Desde la CTA-Autónoma creemos que es hora de transformar esta democracia formal en una verdadera democracia participativa, donde estas cuestiones se pongan en discusión.
José Rigane, 24 de julio de 2015