Este 8 de marzo de 2016, como cada año, las mujeres trabajadoras en todo el mundo conmemoramos nuestro día: el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, una fecha muy sensible para aquellas compañeras y compañeros que tanto hacen todos los días para alcanzar una sociedad más justa y más igualitaria en los derechos de cada una de sus ciudadanas y ciudadanos.
El 8 de marzo no es una fecha más, no es un día para recibir un ramo de flores, un chocolate o algún regalo doméstico. La declaración de esa fecha tiene los antecedentes del 25 de marzo de 1911, cuando 146 obreras de la fábrica textil Compañía de Blusas el Triángulo en Estados Unidos, que habían denunciado las precarias condiciones de trabajo, murieron dentro de la fábrica producto de un incendio. Muchas de las trabajadoras muertas venían participando de la lucha por sus derechos y habían encabezado la huelga del invierno de 1909, que se extendió a 20.000 compañeras afiliadas al Sindicato Internacional de Trabajadores de la Ropa. Esta injusta situación, reavivó los ánimos de lucha de las mujeres de todo el mundo que finalmente en 1914 decidieron declarar el 8 de Marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
A casi un siglo de aquella declaración, las mujeres en todo el mundo y especialmente en Argentina, seguimos sufriendo la violencia de una sociedad patriarcal, machista y en muchos casos misógina. El 3 de junio de 2015, centenares de miles de mujeres de todo el país marchamos exigiendo “Ni una menos”, sin embargo, decenas de compañeras fueron asesinadas desde aquella marcha, en la mayoría a manos de sus parejas o ex parejas varones.
Hoy resuena el caso de las dos jóvenes mendocinas asesinadas en Ecuador y tantos otros hechos lamentablemente tan comunes. Por eso exigimos la declaración de la Emergencia nacional de género, que los Estados Nacional, Provinciales y Municipales destinen el presupuesto acorde a las áreas para desarrollar políticas públicas a favor de las mujeres y pasar del slogan y las adhesiones a la acción concreta.
Pero también las mujeres lucifuercistas queremos denunciar la violencia de género que sufrimos cotidianamente en el ámbito laboral: las mujeres somos discriminadas en el sueldo, sólo podemos acceder a puestos administrativos con menor categoría y cuando las empresas piden técnicos sólo convocan a los varones a pesar de que las mujeres también podemos hacer los mismos trabajos.
Por este punto, se le reclamó vía nota gremial, a la Empresa EDEA quien tuvo que dar la razón a nuestro Sindicato y modificar la convocatoria.
En la Central 9 de Julio, de la Empresa Centrales de la Costa S.A. no hay vestuarios para que las mujeres nos cambiemos o duchemos, pero sí hay para los varones. En EDEA tampoco hay vestuarios y a las compañeras administrativas no nos dan la ropa completa que nos corresponde.
En la Central de Mar de Ajó tuvo que intervenir el Sindicato para que permitan el ingreso de una compañera que estaba altamente calificada para el puesto, pero se la discriminaba por cuestiones de género.
Este tipo de situaciones son constantes y comunes y debemos luchar todos los días para cambiar esta realidad. No debemos permitir la violencia de género que sufrimos en los ámbitos laborales.
La Ley Nacional 26.485 “De protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales” establece que el Estado debe promover la igualdad de derechos y eliminar la violencia contra las mujeres, debiendo respetar el principio de no discriminación en:
- El acceso al puesto de trabajo, en convocatoria y selección.
- La carrera profesional, en materia de promoción y formación.
- La permanencia en el puesto del trabajo.
- El derecho a una igual remuneración por igual tarea o función.
Las mujeres del Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata tenemos un gran desarrollo en la institución, siendo actualmente una mujer la primera Secretaria Gremial en 72 años de vida de esta Organización. Desde nuestra institución entendemos que todas y todos tenemos los mismos derechos y hemos desarrollado con intensidad estos temas, siendo actualmente mujeres reconocidas en ámbito laboral por nuestra capacidad de posicionarnos y de reclamar nuestros derechos con el apoyo de la organización sindical.
Por último, repudiamos fervorosamente los miles de despidos que se viven en todo el país como un modo de amedrentamiento a la clase trabajadora y rechazamos el Protocolo para protestas difundido por el Ministerio de Seguridad de la Nación que junto a la Ley Antiterrorista, pretende justificar la violencia y la represión. Las mujeres nos seguiremos poniendo al frente en la calle, peleando en igualdad junto a los varones. Las mujeres lucifuercistas no nos vamos a callar, no nos van a frenar y seguiremos sosteniendo nuestros reclamos de siempre.