Cada año, cuando se acerca el 1° de Mayo, las Organizaciones Sindicales tenemos la gran responsabilidad de pensar y reflexionar acerca de una fecha que es muy cara a los sentimientos del conjunto del movimiento obrero. Desde el Sindicato de Luz y Fuerza Mar del Plata, perteneciente a la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma y a la Federación de Trabajadores de la Energía (FeTERA –CTA) siempre hemos creído que esta es una fecha para llevar adelante el reclamo del conjunto de los trabajadores. No es una fecha para festejar, porque el 1° de Mayo surge como consecuencia de las luchas del movimiento obrero y debemos tener presente aquella feroz represión contra “Los mártires de Chicago” que reclamaba muchas de las reivindicaciones que hoy algunos pensarán que son nuevas pero que vienen desde hace más de 100 años.
En este 2016, el Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras nos encuentra en una Argentina convulsionada por el feroz ajuste que implican los despidos, las suspensiones, fuertes aumentos en los alimentos y los tarifazos de luz, gas y transporte que tuvieron como respuesta organizada una gran movilización previa a este día que fue un hecho histórico: por primera vez después de 25 años el movimiento obrero se encontró representado en todas sus expresiones concentrando y movilizando en unidad de acción por reivindicaciones comunes más allá de conmemorar el 1 de Mayo.
Además, tenemos que reflexionar sobre las condiciones que el sistema capitalista necesita para sostenerse: la explotación de los trabajadores. Sin esa explotación no hay plusvalía y sin plusvalía no hay ganancia extraordinaria. Ese el fundamento de la existencia del sistema capitalista. Para eso no hay otra manera que producir políticas que le quiten derechos a los trabajadores si lo obtuvieron, no se otorguen esos derechos si los están reclamando o se dilaten en el tiempo esos reconocimientos.
Hoy en día es muy común que porcentajes muy elevados del movimiento obrero estén precarizados, ¿y qué es la precarización? Un mecanismo de explotación que produce un efecto sobre el conjunto de los trabajadores que necesitan vivir y que como no tienen otra forma para hacerlo más que vendiendo su fuerza de trabajo, se someten a esa precarización con tal de tener la posibilidad de llevar un plato de comida a sus casas. La precarización son leyes no escritas que actúan como mecanismo de presión sobre el conjunto de los trabajadores que sí tienen trabajo o que sí tienen convenios colectivos. Pero a su vez esa presión habilita a políticas discursivas y de hecho como decir que “los trabajadores tienen que preocuparse por conservar su trabajo y no por pedir aumentos” o el hecho concreto de que se despiden trabajadores porque afuera hay una fila de postulantes que los van a reemplazar.
Por eso es fundamental que el trabajador sea capaz de organizarse, de generar poder propio, desarrollar todas las iniciativas posibles que eleven su comprensión y le permitan entender en qué sociedad vive y que apartir de allí pueda ir ganando espacio para reivindicaciones. Porque en su permanente evolucióny en sus crisis cíclicas, el sistema capitalista siempre vuelve al mismo lugar: descargar la crisis sobre los que menos tienen.
Hoy, como siempre, es imprescindible la unidad del movimiento obrero; hoy, como muchas veces ha pasado en nuestra historia, estamos ante una fuerza homogénea que expresa una política neoliberal y que, (aun habiendo sido elegidos por la mayoría del pueblo argentino) entendemos que va a la carga contra el conjunto de la clase trabajadora; sin dudas que la unidad de acción aparece como iniciativa ineludible; pero también es necesario tener un programa de reivindicaciones, saber que la organización sindical es un instrumento necesario para transformar y asumir la responsabilidad que tiene el movimiento obrero en la defensa de los valores que representan a la Nación, a la Patria y a la Soberanía lo cual entendemos son valores que deben ser comprendidos para desarrollar poder propio.
FELIZ DÍA COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS ¡SIGAMOS MÁS UNIDOS QUE NUNCA!