En 5 meses de gobierno, la alianza Cambiemos ha impuesto uno de los gobiernos más conservadores y corporativos que ha visto la Argentina.
Las medidas económicas emprendidas hasta el momento, han causado despidos masivos de los trabajadores y trabajadoras, una devaluación que ha licuado el poder adquisitivo del pueblo, una inflación galopante que achica cada vez más el bolsillo de los y las trabajadores, mientras a los empresarios se les han hecho regalos como la quita o reducción de las retenciones y la liberalización del mercado cambiario. El tarifazo agrava la condición de vida de la mayoría de la sociedad, mientras se incrementan los subsidios a las petroleras y se pierde soberanía energética. El acuerdo con los acreedores externos y fondos buitre corona la política de entrega, sumisión y orienta la profundización de la dependencia a todo nivel. Todo ello representa una coyuntura de brutal avance del capital sobre el trabajo, favorece el saqueo sobre nuestros bienes comunes y satisface el programa liberalizador que sostienen las clases dominantes. La entrega del país es total, si además consideramos la visita de Obama y primeros mandatarios de la Unión Europea a la Argentina en los últimos meses en pos de avanzar con futuros tratados de libre comercio.
Esta ofensiva del capital sobre el trabajo no es un hecho aislado de nuestro país, sino que se expresa a nivel mundial. La profundización del capitalismo especulativo que acrecienta sus ganancias ampliando la brecha entre ricos y pobres, donde el 1% de la población concentra la misma riqueza que la mitad más pobre y el avance de modelos extractivos y de saqueo que arrasan con los bienes comunes pero también con los modelos de construcción solidaria de los pueblos, son ejemplos que se sufren día a día en todo el mundo.
En el ámbito de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se expresa en el intento de los Empleadores en limitar –o eliminar, si es posible- el Derecho de Huelga de los trabajadores en todo el mundo. En nuestro país, el último de los muchos intentos en avanzar sobre el derecho a huelga vino por parte del Ministro de Trabajo Jorge Triaca que, en sintonía con los empresarios, propuso el debate sobre las paritarias en base a productividad y ausentismo para el próximo Consejo del Salario, proponiendo que los días de lucha laboral en un futuro cercano cuenten como días de falta. Pero su accionar no se limitó sólo a eso, sino que además pretende establecer techos salariales a las discusiones de paritarias, acción que repudiamos y enfrentaremos con todas nuestras fuerzas ya que estamos convencidos que el salario digno es un derecho y no aceptamos negociarlo.
Desde la puesta en funcionamiento de estas políticas, la CTA Autónoma ha redoblado su esfuerzo para estar junto a los compañeros y compañeras trabajadores, defendiendo sus puestos y derechos laborales. Hemos convocado y acompañado movilizaciones a lo largo y ancho el país. Hemos acercado nuestras demandas al poder legislativo, teniendo como punto importante de acumulación la instalación del debate relativo de la Ley anti-despidos. Es primordial la discusión sobre la emergencia ocupacional, que involucra al empleo precario, el subempleo y el desempleo, los bajos ingresos salariales de la población trabajadora y el conjunto de derechos del pueblo. En ese sentido, llevaremos un programa al Consejo del Salario, reivindicando: Basta de despidos y de ajuste, basta de tarifazos, basta de techos salariales, por un salario mínimo vital y móvil de 16.000 pesos, por la eliminación del impuesto a las ganancias y por el otorgamiento del 82% móvil de la jubilación.
Llamamos a todos los trabajadores y trabajadoras, activos o jubilados, campesinos y campesinas, estudiantes, cooperativas, pymes y organizaciones y movimientos populares a luchar en contra de la ofensiva feroz del capital y conformar un Bloque Popular por la soberanía económica, alimentaria, energética, financiera, afirmando el respeto de los derechos laborales, la autogestión, la reforma agraria y urbana, en la crítica del modelo productivo y de mal desarrollo, depredador y súper explotador. Se trata de avanzar en una perspectiva que resuelva las necesidades de los de abajo y ponga freno a la descarada ofensiva capitalista que, bajo la gestión del Gobierno de Macri, busca desandar los caminos del cambio político que en Nuestra América emergieron al comienzo de este siglo XXI.
Hace 25 años nacimos como CTA para modificar sustancialmente el modelo sindical y construir una Central de trabajadoras y trabajadores, que vaya más allá de una central sindical y sea una herramienta al servicio de la organización del pueblo, garantizando la libertad y democracia sindical aún pendiente. La hora convoca a la unidad más amplia de trabajadoras y trabajadores, a su organización y lucha en unidad de clase. Nuestra América está agredida por la ofensiva de las clases dominantes y es nuestra tarea levantar las banderas históricas de las y los trabajadores y construir la ofensiva popular para la emancipación.
Ante los sucesos que vienen ocurriendo en nuestra Central, los afiliados estamos desafiados a redoblar nuestros esfuerzos para fortalecer su autonomía –pilar originario e innegociable de un nuevo sindicalismo-, generando el financiamiento necesario para su mantenimiento. Pero también denunciando las prácticas que aquellos que, por razones espurias y mezquinas, terminan atentando contra el funcionamiento y crecimiento de una Central del y para el pueblo. Al mismo tiempo, debemos defender otro principio fundante: la democracia. La CTA ha sido ejemplo a lo largo de estos años por permitir la elección de sus conducciones –en todo nivel- de manera directa por sus afiliados. En este sentido, miles de compañeros han elegido a sus conducciones a nivel nacional, regional y local y es no puede llevarse por delante. La conducción de la CTA Autónoma está representada por Pablo Micheli, José Rigane y Ricardo Peidro, porque miles de compañeros así lo decidieron en las urnas. Es inaceptable cualquier acción que desconozca la decisión de los trabajadores, la democracia es un derecho y un valor supremo. En fin, hoy más que nunca debemos los afiliados defender nuestros principios fundantes, nuestra identidad como CTA, para cumplir con el mandato histórico que nos vio nacer y encarar los desafíos que impone esta nueva etapa.
La realización del 5to Confederal del día de hoy apunta justamente a fortalecer los espacios de discusión de los trabajadores, respetando democráticamente las diferencias de posiciones entre quienes piensan distinto. Es expresión de la libertad sindical que creemos estratégica para la autodeterminación de los trabajadores, donde sea la clase la que delibere cómo enfrentar el ajuste pero también cómo avanzar en un proceso de liberación. La etapa así nos lo exige y debemos estar a la altura de las circunstancias, más allá de las trabas que nos quieran imponer.
Convocamos a la más amplia unidad de acción con el objetivo de construir una subjetividad popular crítica para poder desde allí resistir los embates y disputar el poder; por una sociedad justa, equitativa y democrática en lo económico y lo político.
Buenos Aires, 18 de mayo de 2016.