Argentina hoy afronta una profunda crisis energética: con mal servicio y cortes frecuentes, con falta de inversión, alta dependencia a los hidrocarburos e importando energía por 12 mil millones de dólares anuales.
Si bien somos un país con una rica historia energética y con muy buenas condiciones para producir gas, petróleo, energía eólica, solar y nuclear, hace años que perdimos el autoabastecimiento.
Nuestro sistema energético se encuentra totalmente privatizado y extranjerizado. Como pueblo no controlamos lo que se hace con nuestros recursos naturales, con nuestros bienes comunes.
La energía no es una mercancía. Necesitamos Soberanía Energética para decidir para qué y para quiénes producimos energía. Necesitamos Soberanía Energética impulsada por empresas públicas con control público y democrático y con integración regional. Necesitamos Soberanía Energética porque la energía es un bien social y un derecho humano.