Por José Rigane, secretario Adjunto de la CTA Autónoma y sec. General de la FeTERA y Luz y Fuerza Mar del Plata.
Mauricio Macri, en el discurso presidencial de apertura del 136° período de sesiones ordinarias del Congreso, mencionó seis veces la palabra “inflación” y una sola vez “paritarias”.
Resalto esto porque en la relación Paritarias-Inflación se juega quizá la disputa central y de fondo que hoy hay en el país: Por un lado, un grupo de CEOs en la Casa Rosada, gobernando directamente para la clase empresaria local, sus amigos y familiares y, también, para beneficiar a las grandes multinacionales y los especuladores financieros. En lo económico, el Gobierno lleva a delante un neoliberalismo de manual.
Por el otro lado, estamos los trabajadores y las trabajadoras que somos víctimas de las políticas económicas del gobierno de Macri. Somos los que siempre nos vemos afectados por los planes liberales. Somos los millones de trabajadores/as a los que nos quieren hacer perder nuestros derechos y bajar los salarios; somos los millones de desocupados/as que nos marginan y excluyen y, si protestamos, nos dan palos; somos los millones de jubilados/as que además de cobrar una miseria fuimos estafados en diciembre con la reforma previsional.
Las seis veces que Macri habló de “inflación” en su discurso en el Congreso fue para mentir. Dijo que estaba “bajando”, cuando el propio Gobierno tuvo que cambiar la meta inflacionaria de 2018 y llevarla del 10% al 15% anual. El Gobierno tampoco cumplió con la meta de inflacionaria de 2016 ni de 2017.
El Gobierno, precisamente gobierna con inflación. La promueve. El aumento sostenido de los precios en el país es un mecanismo, junto a la devaluación (el dólar se fue de 17 a 20,48 pesos en un santiamén), por el cual hay sectores económicos concentrados que se ven beneficiados. Es decir, la inflación que el Gobierno dice (miente) que combate, en realidad les sirve para beneficiar a empresas y determinados sectores.
Con una inflación acumulada de alrededor del 66% en dos años (2016-2017) y la fuerte devaluación, los sectores económicos que se vieron beneficiados con Macri fueron el sector agroexportador, las empresas privatizadas de servicios y el sector de energía (electricidad, gas, agua), el sector financiero y la explotación de minas y canteras, entre otros sectores (“Los que ganan y los que pierden”, diario Página/12, 28 de marzo de 2017).
Macri señaló: “Los salarios le ganaron a la inflación”. Esto es una cínica mentira ya que todas las consultoras económicas (como FIEL, Fundación Mediterránea, entre otras) afirman que el salario real (la capacidad de compra del salario) se vio deteriorada entre 2015, cuando asumió este Gobierno, respecto de 2017. Es decir, Macri vino a triturar los salarios, avanzar sobre nuestros convenios colectivos y empeorar nuestras condiciones laborales.
Quizá porque fue un discurso marketinero y de frases rimbombantes pero vacías de contenido. Quizá porque Duran Barba y Marcos Peña (Jefe de Gabinete) se dejan llevar por los focus Group. Pero Macri habló en el Congreso de un país irreal. En sus propias palabras, Macri habló de un país con un “crecimiento invisible”. Y agregó: “Es como cuando empezamos un edificio: en el comienzo no se ve lo que estamos haciendo, no se ven las estructuras que estamos poniendo, los pilotes, volcando el hormigón”.
Déjeme decirle, Señor Presidente de la Nación, que usted debe tener problemas de vista, porque sí se ve lo que están haciendo desde el Gobierno. Lo vemos claro, porque lo que están haciendo se ve en los niveles de pobreza, que no se acerca a “cero”. Se ve en los barrios pobres. Se ve en el aumento del trabajo precarizado. Se ve en los miles y miles de despidos. Se ve en los cierres de escuelas, como en el Delta. Se ve en el cordón urbano del Gran Buenos Aires o Gran Rosario, en Mendoza o en Córdoba o en cualquier ciudad grande del país. Se ve en las economías regionales destruidas. Se ve en las pymes cerradas y el aumento de las importaciones que las destruye aún más. Se ve en el nivel de vida de millones y millones de ciudadanos/as que viven en asentamientos y villas. Se ve en Mar del Plata, con dos dígitos de desocupación. Se ve en los jubilados desesperados porque ganan menos que antes (que además ya ganaban muy poco) pero que ahora tienen que pagar el tarifazo en la luz, el gas y los medicamentos. Se ve en los pibes y pibas, nuestros jóvenes, que no tienen trabajo ni estudian y que su única salida es la calle. Se ve en la persecución a los sindicatos y dirigentes sindicales. Se ve en los docentes que ganen miseria y en los trabajadores de la salud que también ganan miseria.
Ojala no sea un problema de vista lo que usted tiene, Señor Presidente. Porque sí podemos ver clarito las empresas offshore, los fondos ocultos, los millones no declarados, los Panamá Papers, se ve clarito a “Sandra”, la trabajadora en negro de Jorge Triaca (Ministro de Trabajo) y la “llamativa” intervención en el sindicato SOMU, se ve en el renunciado funcionario Gilligan que no declaró 1,2 millones de dólares, entre otras cosas.
Pero principalmente una de las cosas que más nos preocupa desde la CTA Autónoma son los 132.969 millones de dólares de deuda que la Argentina tomó desde que usted está en la Casa Rosada porque bien sabemos que todo ese dinero lo terminamos pagando nosotros, los trabajadores y trabajadoras y el conjunto del pueblo.
¿Y los trabajadores y trabajadoras? ¿Y las organizaciones gremiales?
El 17 de marzo en Mar del Plata será el Congreso Nacional de la CTA Autónoma, instancia más que importante para debatir cómo continuamos como central en esta avanzada neoliberal del gobierno de Macri. Hay que aprovechar estas instancias colectivas para acumular fuerza, para dar la pelea contra el neoliberalismo y alcanzar mayores grados de unidad.
En un plano más general, venimos de una movilización como la del 21 de febrero que no dejó ninguna duda respecto de lo que puede llegar a hacer el movimiento obrero organizado, debatiendo y en las calles y los lugares de trabajo luchando por sus derechos. El desafío, como venimos afirmando desde las primeras movilizaciones desde que asumió este gobierno (o el anterior o el anterior del anterior), es que tenemos que adquirir mayor capacidad de acumular fuerzas para dar un mensaje claro a las patronales. Fue muy importante la movilización del 21F, pero debemos ir por más si este gobierno no modifica las políticas económicas en carácter de urgente.
Si después de la movilización del 21F el gobierno no reflexiona y no modifica su política social y económica y continúa atacando a los trabajadores, no se puede perder ni un minuto más y se debe convocar a un paro general. Sin desconocer diferencias, hay que pensar seriamente en un nuevo desarrollo organizativo con la participación de todos los sectores conformando un frente para trabajar en la más amplia unidad.
El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El 8M en la Argentina es cada vez más grande impulsado por el propio movimiento de mujeres, que viene creciendo enormemente en el país en los últimos años. Ese es un ejemplo posible para imaginar todo lo que se puede alcanzar con mayores grados de unidad.
La política de unidad de acción que venimos impulsando desde hace tiempo es un acierto de la CTA Autónoma. Desarrollar la unidad de acción es la clave en esta etapa para derrotar a las políticas neoliberales que tanto nos perjudican como clase trabajadora.
¡¡¡Vamos a fortalecerla!!!
José Rigane, secretario Adjunto de la CTA Autónoma y sec. General de la FeTERA y del Sindicato de Luz y Fuerza Mar del Plata, 5 de marzo de 2018.