«Los trabajadores luchamos por nuestro digno lugar en la sociedad. Para que se nos reconozca nuestro verdadero ser, que no es el de objetos de explotación si no de protagonistas de la construcción y desarrollo de una civilización más humana y más justa». Agustín Tosco.
Este 29 de mayo se cumplen 53 años de aquella gesta obrera marcada a fuego en la historia argentina. Ese día de 1969 fue el momento culminante de diferentes eventos que confluyeron en “El Cordobazo”, cuando el obreros, obreras y estudiantes de la capital provincial se levantaron para repudiar el modelo económico impulsado por la Dictadura de Juan Carlos Onganía.
CÓRDOBA, 1969
Desde sus primeros días, el gobierno dictatorial se propuso y logró reducir los derechos sociales y políticos de las amplias mayorías populares. Sus planes de racionalización económica implicaron un ataque feroz a la organización sindical. Los reclamos de los trabajadores eran variados, pero se concentraron en la oposición a un decreto de Onganía por el cual se derogaban una serie de derechos laborales. Uno de ellos era el “sábado inglés”, por el cual se trabajaban 44 horas semanales y se cobraban 48. Además, se congelaban los salarios, se suspendían los convenios colectivos y había una resistencia a las quitas zonales que permitían a las empresas radicadas en el interior pagar salarios menores que los de Buenos Aires. A ello se sumaron los reclamos de les estudiantes por el respeto de la autonomía universitaria, una lucha iniciada en 1966 y que había sido ya duramente reprimida en varias ocasiones.
Después de varias semanas de movilizaciones y paros, el 29 de mayo el personal de las distintas fábricas y comercios comenzaron un paro de 48 horas con gran adhesión. Agustín Tosco (del Sindicato Luz y Fuerza de Córdoba), Elpidio Torres (SMATA) y Atilio López (Unión Tranviarios Automotor) fueron los principales impulsores de aquella jornada. A la convocatoria se habían plegado casi la totalidad de los restantes gremios, así como también los sectores estudiantiles y organizaciones barriales. También tuvieron un rol preponderante y poco difundido, las mujeres obreras, trabajadoras de diferentes industrias vinculadas principalmente a las autopartes.
La movilización culminó con una feroz represión policial y la intervención del Ejército. El saldo fueron 34 muertos, 400 heridos, 2000 detenidos y los principales dirigentes sindicales, entre los que estaban Agustín Tosco, condenados por tribunales militares. Sin embargo, el gobierno y las clases dominantes ya sabían que nada sería como antes. Aquel 31 de mayo de 1969 fue el inicio de un proceso insurreccional mayor que tuvo réplicas en otras ciudades del país y culminó con la caída del régimen de Onganía al poco tiempo.
EL CORDOBAZO HOY
Transcurridos 53 años de aquellas jornadas, su conmemoración debe servirnos para ratificar nuestro compromiso con la lucha de nuestra clase y en particular por la defensa de los derechos de los y las trabajadoras. El camino desarrollado por aquella sociedad que se levantó masivamente contra las
injusticias, es un ejemplo que debemos retomar en la actualidad. Recuperar el sentido de ser lucifuercistas, en unidad, con organización y conducción, recuperar las banderas que nos identificaron.
Como clase trabajadora debemos reivindicar el pasado y la lucha popular de las y los dirigentes que nos precedieron. Debemos luchar en unidad para que esta democracia sea mejor para el conjunto del pueblo, a favor de los intereses de la mayoría y no para garantizar la rentabilidad capitalista, concentrada en un puñado de megamillonarios.
Sabemos que no son tiempos fáciles. La pospandemia, la crisis global, el aumento de precios de los alimentos en todo el mundo, genera un capitalismo cada vez más feroz, dejando a millones de personas en todo el mundo en la pobreza y el ataque a los derechos laborales. Pero las y los trabajadores sabemos lo que es luchar para defender y obtener conquistas. No debemos escuchar las falsas promesas de las corrientes libertarias y neoliberales que buscan la fragmentación y el individualismo en nuestra sociedad.
En este 29 de mayo, a 53 años del Cordobazo, homenajeamos a las y los compañeros que dieron todo por el pueblo y la clase trabajadora sobre la base de una concepción de unidad, hermandad, solidaridad y pluralidad como punto de partida para la defensa y conquista de los derechos laborales y sociales.