Hace 43 años, entre el 4 y 5 de noviembre de 1975, moría Agustín “El Gringo” Tosco.
El accionar fascista de la “Triple A” presagiaba lo que se venía: El terrorismo de Estado de la última dictadura militar. Los principales amenazados por esos días eran los trabajadores, especialmente los organizados. Pero mucho más especialmente los que levantaban las banderas del clasismo y el nuevo modelo del sindicalismo de liberación.
Agustín estaba en la clandestinidad. Había estado detenido y, a partir de allí, estuvo totalmente perseguido. Una enorme red de compañeros y organizaciones sindicales y políticas lo cuidaba.
Su vida es para analizarla y comprender una época. Lo que enseñó El Gringo Tosco tiene que ver con el desarrollo de un modelo sindical de lucha y de transformación social. Un tipo de sindicato de oposición al modelo del líder burócrata (“sindicalista empresario”, podemos decir hoy) y de la organización adaptada al sistema.
Tosco sintetizaba la unidad de la clase y la lucha de la clase. Unidad y lucha, son palabras clave para comprender a dirigentes como Agustín Tosco.
Pero no es una cuestión de recordar a un líder de manera solitaria: Tosco fue parte de una generación de trabajadores y trabajadoras que expresaron las ideas de la clase, las ganas de encontrarse y organizarse. La lucha por una vida mejor, una vida digna. Una vida nueva.
Las ideas del sindicalismo que llevó adelante y propuso Tosco y su generación es la de un modelo de sindicato nuevo, un tipo de organización gremial pensada para que cada trabajador y cada trabajadora sienta que la lucha no es individual, sino colectiva. Sienta que su sindicato le pertenece realmente y que luchar y organizarse sirve.
Podríamos estar días y días recordándolo. Pero seguir su ejemplo y sus ideas no tiene que ver con trasladar automáticamente sus discursos. No se trata de copiar ni de repetir lo que exactamente decía Agustín Tosco. No se trata de hacer historia por la historia en sí misma.
Llevar adelante las ideas de Agustín Tosco y su generación no es mirar hacia atrás. Pensar en Tosco es mirar hacia adelante. Es construir hoy la lucha concreta por la unidad del movimiento obrero organizado; es creer genuinamente que la única forma que tienen los trabajadores/as para tener futuro es la unidad de la clase obrera; es construir un nuevo modelo sindical de lucha, participativo, democrático y transformador; es combatir contra el patrón pero también tirar abajo la burocracia sindical; es la unidad entre los trabajadores/as pero también la unidad con otros sectores sociales golpeados por el sistema; es pensar en el país desde la soberanía y no desde la depende
En definitiva, pensar en Tosco es construir un país con los trabajadores y las trabajadoras como protagonistas.