José Rigane, secretario general de FeTERA y adjunto de la CTA, evaluó con ACTA, lo sucedido con YPF a partir de la expropiación de acciones a Repsol, las dudas sobre una política basada en técnicas de obtención del petróleo y gas altamente contaminantes.
Argumentó que asociaciones con empresas como Chevrón, más que al servicio del desarrollo nacional, parecen dirigidas a la maximización de la ganancia de grupos trasnacionales, aquellos que supieron vaciar la otra pujante petrolera estatal.
{{-FeTERA, al igual que la CTA, siempre exigió durante años la nacionalización del YPF.
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Convengamos que la medida se tomó cuando ya no se podría sostener la compra de combustible en el exterior. Hasta ese momento Repsol era «la mejor compañía del mundo» y se le permitía girar todas sus utilidades a su central. Es decir la decisión no fue parte de una política estratégica, sino que apareció tardíamente, cuando ya no queda otra alternativa.
{{- La concentración y extranjerización del sector va de la mano con el resto de la economía.}}
Hoy el setenta por ciento del petróleo sigue en manos de las multinacionales. Expresamos nuestras reservas respecto a que YPF quedará constituida como sociedad anónima. Exigimos que la empresa fuera totalmente estatal y con control obrero. Estas exigencias tienen una razón central. Pretendemos que la empresa esté al servicio del desarrollo del país, de un plan de desarrollo nacional con distribución equitativa de la riqueza, empleo, y no de la ganancia de las multinacionales, como hasta ahora.
{{-Usted objetó la sociedad con la norteamericana Chevrón.}}
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, vino a la Argentina a pedir que se cumpla el fallo de la Justicia de su país contra esa empresa yanqui, que ordenó indemnizaciones por 19 millones de dólares a los pueblos originarios. Chevrón es central en la nueva estrategia de YPF de extraer combustible por fracking en Vaca Muerta. La técnica consiste en mandar agua a presión con elementos químicos altamente contaminantes para quebrar la roca y sacar el combustible a 2.500 metros de profundidad. El procedimiento al igual que la minería a cielo abierto se basa en la utilización de agua. Se necesitan entre 4 a 28 millones por excavación, además de 596 químicos que producen todo tipo de enfermedades, contaminación de las napas subterráneas.
{{- Mucha inversión, pero un negocio millonario al fin.}}
Sí, para las trasnacionales que vienen extraen el combustible y luego se van. Atrás nos dejan como en Ecuador tierra arrasada. Siempre pensamos en una YPF que recuperara el objetivo con el cual se creó, ser uno de los motores del desarrollo nacional. Y por supuesto, no al costo de devastar el medio ambiente. Financiamiento, como los bonos que la compañía sacó a la venta y se agotaron en horas demuestra que se puede utilizar el ahorro nacional. Y también, pueden existir asociaciones que no impliquen la entrega de la soberanía sobre los bienes públicos.
{{- Vaca muerta parece un negocio a la medida de Chevrón.}}
Lo que pasa es que los norteamericanos son los únicos que tienen este tipo de tecnología. Los yacimiento de Vaca Muerta hace rato que se conocen, no se explotaron hasta ahora, entre otras cosas por la dificultad que entraña utilizar un procedimiento tan contaminante y que además requiere de semejante cantidad de agua. Este tipo de explotaciones podría hacerse en Estados Unidos, China, no sólo en Argentina se puede aplicar con éxito el fracking. Pero en todas partes hay resistencia… El sistema es el equivalente a provocar un pequeño sismo bajo la tierra, fue prohibido por el Parlamento Europeo y muchas naciones. La empresa norteamericana tiene juicios por contaminación en Brasil, donde a su presidente se le negó la salida del país y Perú, entre otros países.
{{- Pues, que te vas con el fracking a otra parte…}}
En España, ante el anuncio del Gobierno Vasco de invertir varíos millones de dolares para obtener gas en Alava, mediante la técnica de fracking, la central obrera española Comisiones Obreras realizó un interesante informe: Bajo el título «Impacto ambiental del sistema de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional», Comisiones Obreras explica la fractura hidráulica en estos términos: «Consiste en hacer una perforación vertical hasta la capa de pizarra; a esta perforación se le pone un tubo de acero, con un recubrimiento de cemento para proteger los acuíferos de los aditivos químicos que posteriormente se utilizan; una vez se alcanza la pizarra, se realiza una perforación horizontal, a través de la propia capa de pizarra; esta perforación horizontal tiene, como media, un kilómetro y medio de longitud, aunque puede llegar hasta los tres kilómetros; una vez se ha realizado la perforación horizontal en la capa de pizarra se utilizan explosivos para provocar pequeñas fracturas; y una vez provocadas estas fracturas se inyectan, por etapas, miles de toneladas de agua a muy alta presión, mezcladas con arena y aditivos químicos; este agua a presión fractura la roca liberando el gas que luego, junto con el agua, la arena y los aditivos retorna a la superficie (retorna entre un 15 y un 80% del fluido inyectado)».
{{Entre los mayores daños que causa la fractura hidráulica, las organizaciones ecologistas destacan las siguientes:}}
1. «Contaminación de aguas subterráneas. Tras la perforación, se fractura la roca inyectando a altas presiones una mezcla de agua y arena con gran cantidad de productos químicos muy tóxicos (léase Euskadi bipolar). Se estima que se recupera entre un 15% y un 85% del líquido inyectado, permaneciendo el resto en el subsuelo, con la posibilidad de contaminar los acuíferos.
2. Fuerte consumo de agua: este procedimiento requiere más de 19 millones de litros de agua limpia por cada pozo y operación, el equivalente al consumo anual de agua de 1.000 familias españolas, lo que crea dificultades en lugares con poca disponibilidad de este recurso. Además, se genera una gran cantidad de aguas residuales contaminadas con sustancias químicas, metales pesados y partículas radiactivas.
3. Contaminación del aire: parte de los tóxicos empleados son volátiles, por lo que pasan fácilmente al aire. Muchos de estos compuestos son tóxicos y carcinógenos.
4. Contribución al cambio climático: aunque el gas produce menos emisiones de CO2 que otros combustibles fósiles (como el carbón), la cantidad de metano que escapa a la atmósfera es el doble de la que se produce en la extracción del gas natural convencional. El metano produce 23 veces más efecto invernadero que el CO2».
Según la Comisiones Obreras, el «fracking supone seguir ignorando la enorme amenaza que significa el cambio climático al tiempo que socava el desarrollo de las energías renovables».
{* Equipo de Comunicación de la CTA}