Después de lo compromisos asumidos, el 20 de enero pasado, en el Ministerio de Trabajo y que significaron un aumento salarial, después de 10 años de lucha; el ingreso de trabajadores desde la Bolsa de Trabajo del gremio y un claro avance sobre las tercerizaciones, EDEA vuelve a borrar con el codo lo que firmó frente al estado provincial y los trabajadores. Una política, como dijimos, que forma parte de su habitualidad y que las empresas privatizadas sistematizaron, avaladas en los 90, por un estado ausente que lo permitía.
Por ejemplo, EDEA sigue violando el marco regulatorio en lo que respecta al sector de Guardia y Reclamos, subcontratando personal a empresas tercerizadas. No importan los acuerdos, las recomendaciones y sanciones del organismo de control. A EDEA le da lo mismo, como si siguiera siendo “amo y señor” en la prestación del servicio y en el desarrollo de las relaciones laborales. Muestra de esto, es que la empresa ha publicado (sin respetar el art. 53, inc. “o”, del marco regulatorio y el convenio colectivo de trabajo vigente) un llamado a cubrir puestos de trabajo, inexistentes, sin acordarlo con el sindicato y llevando a la práctica, además, otra forma habitual, la de los hechos consumados.
En el sector de Call Center, en tanto, EDEA sigue sin resolver los ingresos de nuevos trabajadores y a la falta de personal, le suma el no cumplimiento de lo convenido con el gremio en materia de reubicación de personal y la multiplicación de las presentaciones de carpetas medicas por parte de los trabajadores.
Por otro lado, EDEA rechaza la incorporación de un trabajador al que le falta una falange en uno de sus manos. Luego de diferentes estudios médicos, que la empresa dice haber realizado (pero que no ha acercado a nuestro gremio), asegura que el compañero no puede realizar determinados trabajos en la empresa. Un estudio hecho por profesionales, convocados por nuestra organización, refuta la determinación de la empresa y asegura que el compañero es apto para realizar la mayoría de las tareas. Acercados estos estudios a la empresa, ésta insiste en rechazar su incorporación sin ningún tipo de fundamentación. Un ejemplo más de la política de discriminación que a veces impulsa la empresa en la incorporación de personal.
Por ultimo, queremos resaltar el caso de la compañera Karina Rosalé, trabajadora de EDEA en Capital Federal, afiliada al gremio, a la que la empresa no le reconoce lo que el convenio colectivo de trabajo estipula. Le debe sueldos, no le entregas los bonos alimentarios, no tienen los beneficios de guardería y la falta de aplicación de los derechos convencionales se ven reflejados en el sueldo que mensualmente la trabajadora recibe. Además, Rosalé tuvo familia, el 6 de septiembre de 2005, y la empresa no le ha pagado la licencia por maternidad, ni el prenatal, ni la asignación por nacimiento. Dicha situación fue denunciada al Ministerio de Trabajo y la empresa ha declinado al llamado de audiencia, mostrando nuevamente que no quiere dialogar.
Una vez más EDEA viola la ley, desconoce el derecho de los trabajadores y por sobre todas las cosas a la organización sindical que representa a los trabajadores. Una vez más EDEA vuelve atropellar nuestros derechos.