Acciones que tendrían que ir de la mano del espíritu del cooperativismo y los estatutos que rigen este tipo de empresas, donde los propietarios son todos los vecinos, pero, que en el caso que mencionamos, no se contemplan. Decimos esto fundamentados en sus acciones, que no coinciden con el verdadero espíritu cooperativista, como ejemplo de ello resaltamos que, en lo que va del año, la Coema perdió un juicio que le iniciara un obrero a quien, luego de cinco años de trabajo ininterrumpido, no quería efectivizarlo en su puesto negándole sus derechos; 16 juicios iniciados por empleados de la empresa por negar derechos adquiridos por una ley de orden pública (decreto 392/03)
Lo más grave e inhumano, desprovisto de todo sentimiento solidario, es la situación que atraviesa la viuda del compañero Víctor Camposano, quien quedó viuda hace cuatro meses, con cuatro criaturas, sin obra social y sin trabajo. Como es de público conocimiento, el compañero Camposano trabajaba hace 20 años en la empresa, cumpliendo religiosamente con sus responsabilidades, padre ejemplar, un ser solidario, con un corazón puro, dejó su vida en la cooperativa que tanto quería… Hoy su esposa lleva cuatro meses de chicanas y negativas del Sr. Gerente y el Consejo de Administración, quienes asesorados por el Dr. Villate, a través de un frío papel, le contestaron negativamente a su legítimo pedido de que se le brindara cualquier puesto de trabajo, pedido que se fundamenta en el Convenio Colectivo de Trabajo 36/75, art. 3°, que dice que “la empresa debe postular en el término de un mes el puesto vacante por el fallecimiento del empleado, hacer los corrimientos necesarios y otorgar un puesto de trabajo a un hijo del fallecido o a su esposa si el hijo fuera menor (como es el caso en cuestión). La contestación fría y documentada de la empresa dice que dicho artículo del convenio fue derogado por el gobierno de facto. Nosotros a esa vil mentira le contestamos que el convenio esta en plena vigencia, con todos sus artículos, y prueba de ello es lo sucedido ante una situación similar en las cooperativas de Pinamar, Balcarce y Guido, por ejemplo, en las cuales los hijos o esposas del empleado fallecido ingresan a la empresa automática y solidariamente.
Esta situación ya está planteada en la justicia, pero nosotros queremos que se conozca la verdadera cara de estos “señores” que parecen tan sensibles y, en realidad, son tan fríos ante la desesperación de una mujer sola. Señores que van a menudo a la iglesia, que comulgan y se arrodillan ante el altar. Repudiamos enérgicamente el accionar de estos supuestos cooperativistas, hipócritas que tienen conciencia elástica hecha a su medida y conveniencia.
Nosotros no entendemos, ni entenderemos. Usted sí ?.