La ofensiva del capital es un dato de la realidad mundial y se manifiesta en la explotación de la fuerza de trabajo y en la agresión sobre los bienes comunes de los pueblos del mundo. Ejemplo de los que afirmamos se explicita en la disputa territorial y por los recursos económicos en Ucrania, que en aras del libre comercio exacerban el conflicto y las tensiones políticas y militares que afectan principalmente a los trabajadores y a los pueblos. En nuestra América, la ofensiva capitalista se manifiesta en contra del proceso político bolivariano en Venezuela, uno de los mayores reservorios petroleros del mundo y que Estados Unidos pretende para su seguro y barato abastecimiento.
La ofensiva capitalista se presenta en distintos ámbitos y adquiere la forma de acciones militares, iniciativa ideológica propagandística que pretenden manipular la opinión pública de la sociedad mundial, sin escatimar ningún tipo de acción, incluso delictiva, contra los pueblos. Pero también actúan en el plano jurídico supra nacional estimulando
normas que favorecen los intentos de las corporaciones transnacionales y que se ejercen desde la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, o el Banco Mundial. En este último funciona el CIADI donde las Corporaciones Trasnacionales (CTN) actúan demandando a los Estados soberanos sobre afectaciones a su rentabilidad empresarial; siendo la Argentina el país que más y mayores causas concentran desde la crisis del 2001.
En ese marco, las clases dominantes del mundo profundizan su estrategia por la liberalización de la economía mundial que en nuestros territorios se manifiestan en dos iniciativas a combatir. Por un lado crece la Alianza para el Pacífico que impulsan Estados Unidos y sus amigos en la región, intentando remedar el derrotado ALCA en 2005 con una gran movilización en Mar del Plata. Por otro lado adquiere actualidad la ofensiva para un acuerdo de libre comercio entre Europa y el Mercosur. Son iniciativas convergentes por el libre comercio y que al mismo tiempo ponen en evidencia la disputa capitalista sobre los recursos soberanos de la naturaleza en nuestra región.
Convengamos que la ofensiva imperialista del capitalismo no es unívoca y los trabajadores y los pueblos del mundo, especialmente en nuestra América, le hacen frente.
América Latina y el Caribe es el territorio que genera las expectativas de cambio en el mundo. Desde nuestra América se confirma la vanguardia de la experiencia más valiosa de “cambio y revolución” y que se procesa en Cuba, enfrentando con valentía y determinación la brutal agresión del cobarde bloqueo de Estados Unidos que el mundo entero repudia. En nuestro tiempo, los pueblos de nuestra América son parte de la disputa y lucha de clases por un nuevo sentido al desarrollo de la sociedad, en Venezuela, Bolivia o Ecuador, con renovadas propuestas por el socialismo y el “vivir bien” que anida en la concepción de los pueblos originarios y que articula la lucha anticolonial, antiimperialista y anticapitalista. La lucha de los pueblos originarios contacta hoy y se articula con la lucha de los trabajadores y del pueblo, por la emancipación y en contra del colonialismo y el capitalismo. Son estas experiencias junto a otras que se procesan en Brasil, Argentina y Uruguay, entre muchas otras las que explican el proceso de nueva integración regional que recorre el continente, con el ALBA, la Unasur o la CELAC.
Los trabajadores somos conscientes de esta disputa entre la ofensiva del capital y la respuesta de los pueblos, especialmente en nuestro territorio. Lo que está en juego es el proyecto de los trabajadores y de los pueblos en defensa de sus intereses y resguardo de la agredida naturaleza, en la defensa y promoción de una adecuada relación metabólica entre los seres humanos y la naturaleza. Se trata de los trabajadores y los pueblos contra el proyecto del capital concentrado y las clases dominantes que ante la crisis mundial del capitalismo aceleran la mayor explotación de la fuerza de trabajo y de la naturaleza.
La clase obrera mundial esta desafiada, al enfrentar la crisis capitalista y la ofensiva del capital, a construir nuevos caminos de solidaridad y emancipación social para una sociedad sin explotados y explotadores y en armonía con la naturaleza. El momento actual nos convoca a la lucha y la organización en defensa de la soberanía popular, por la soberanía alimentaria y energética, para organizar otra sociedad posible, con una lógica alternativa a la de la ganancia de la
acumulación capitalista; para satisfacer las necesidades integrales del trabajador su familia y los pueblos del mundo.
Por eso, desde Mar del Plata, los trabajadores que protagonizamos el Congreso de la FeTERA saludamos los esfuerzos de articulación continental en el Encuentro Sindical Nuestra América, ESNA, que se apresta a organizar en La Habana, Cuba el VIº ESNA el próximo 3 y 4 de mayo de 2014. Saludamos ese encuentro y nos comprometemos a difundir sus resoluciones y hacer realidad la unidad y lucha de los trabajadores en el continente, en la búsqueda de una amplia iniciativa de organización y lucha de los trabajadores en el ámbito mundial. Hoy es más necesaria que nunca la articulación de una estrategia compartida de los trabajadores en todo el mundo.
Desde este lugar de la Costa Atlántica, los trabajadores de la energía de la CTA asumimos el desafío por hacer realidad estos propósitos en nuestro sector y en nuestro país. Es parte de nuestro programa construir una FeTERA fuerte y con capacidad de organizar a los trabajadores para su lucha emancipadora. Es un propósito convergente con el fortalecimiento de la CTA que viene constituyéndose como iniciativa política imprescindible para la organización y lucha de los trabajadores en la Argentina.
La CTA se propuso construir un nuevo modelo sindical en el mismo momento de consolidación de la ofensiva capitalista en la Argentina de los años ´90. En este tiempo de construcción hemos atravesado distintos momentos y supimos protagonizar el auge de la construcción y desarrollo de la CTA y la crisis que supuso su división y debilitamiento que transitamos desde el 2010 con la expectativa de constituir a la CTA en el eje central de articulación de los trabajadores y el pueblo argentino en una perspectiva soberana de independencia y confrontación con el orden capitalista y el imperialismo. Desde la FeTERA trabajaremos hacia el próximo Congreso de la CTA del 4 y 5 de abril en Mar del Plata y el proceso electoral del 29 de mayo para hacer realidad el pensamiento y sueño de Agustín Tosco, expresión del modelo sindical de liberación que sustentó la generación de luchadores que inspiran las expectativas del clasismo en la actualidad.
La devaluación monetaria de enero pasado y la realidad inflacionaria que vivimos en la Argentina afecta en primer lugar a los trabajadores y a su capacidad para resolver las necesidades cotidianas. Las clases dominantes y el gobierno pretenden que los ingresos populares y el salario sean la variable de ajuste en la coyuntura de nuestro país. Los trabajadores estamos dando pelea para evitarlo y lo
hacemos desde la CTA con una política de unidad en la acción en la cual insistiremos en la convicción de constituirnos en un polo de aglutinamiento popular que con pensamiento crítico y emancipador pueda agrupar al conjunto de trabajadores y del pueblo para cometer en la Argentina las tareas de la acumulación
de fuerzas sociales para construir un gran movimiento político social de liberación tal como imaginamos y suscribimos en el Congreso de la CTA realizado en Mar del Plata en el 2002.
Somos conscientes que asistimos a una aceleración de las políticas represivas que anticipó la aprobación de la ley antiterrorista y que enuncia ahora el discurso oficial contra la ocupación de las calles por la protesta social. Ante el recrudecimiento de la represión y condena a la lucha popular, desde la FeTERA insistimos en la anulación de la Ley anti terrorista que tiene como eje la confrontación de la lucha de los trabajadores y nuestro pueblo. La lucha contra la ley anti terrorista es imprescindible no solo en defensa de los derechos humanos integrales, sino para habilitar una mayor ofensiva de nuestros reclamos en defensa de los salarios y los ingresos populares, especialmente la demanda por el 82% de los trabajadores jubilados y el reclamo por las actualizaciones del mínimo no imponible de un impuesto a las ganancias que rechazamos por improcedente e inconstitucional, pues el salario no es una ganancia, sino la retribución en compensación a la venta de la fuerza de trabajo.
Son estos los desafíos para el presente y el es compromiso de las tareas que nos proponemos en la construcción de la FeTERA, de la CTA, de la Constituyente Social, del movimiento por una Consulta Popular en Defensa de la Soberanía y los Bienes Comunes y para rechazar todo tipo de acuerdos que fomenten el libre comercio y en defensa de la seguridad jurídica de las inversiones externas que subordinen a la Argentina en diversos tratados globales que hoy promueven las clases dominantes, las trasnacionales y el imperialismo.
Mar del Plata, 14 de marzo del 2014