El miércoles 21 de febrero, cientos de miles de trabajadores y trabajadoras nos movilizamos hacia Buenos Aires para rechazar las políticas de ajuste que impulsa el Gobierno Nacional.
Fue un acto masivo, pacifico y con presencia de todos los sectores: trabajadores, jubilados, desocupados, movimientos sociales, etc. Desde muy temprano, las columnas con decenas de miles de personas se acercaron hacia la zona de Av. 9 de Julio y Belgrano, donde estaba instalado el escenario principal. Luz y Fuerza Mar del Plata, junto a la CTA-Autónoma regional, movilizó con compañeras y compañeros de Mar del Plata y las delegaciones.
Nuestro Secretario General, y adjunto de la CTA-A nacional, José Rigane, estuvo presente en el palco junto a Pablo Micheli y otros representantes de la Central y de los Sindicatos convocantes: CTA de los Trabajadores, Sindicato de Camioneros, CTEP, Corriente Federal, entre otros.
Rigane luego del acto destacó que “fue magnífico. Si después de esta iniciativa, el gobierno no reflexiona y no modifica su política social y económica y continúa atacando a los trabajadores, no se puede perder un minuto más y se debe convocar a un paro general. Hay que pensar seriamente en un nuevo desarrollo organizativo con la participación de todos los sectores conformando un frente para trabajar en la más amplia unidad. Los que decidieron acompañar al gobierno y no participar en esta iniciativa dándole la espalda a la defensa de los derechos de los trabajadores, los jubilados y a los movimientos sociales, comenzaron a sepultarse a sí mismos porque no tienen perspectiva ni la historia los va a recordar. La concentración se correspondió con el nivel de las necesidades de la propia convocatoria, que nació de una manera y que en el transcurso de los días, se convirtió en otra cosa, atravesando a las organizaciones que convocaron. Sin dejar de reconocer que existen diferencias, hoy aparece la necesidad de unificar criterios y acciones contra algo que no hace distingo a la hora de atacar a los trabajadores y jubilados”.
La concentración de ayer fue una demostración de la capacidad del movimiento obrero que cuando está decidido a pronunciarse, y comprende lo que se juega, puede organizarse como lo hizo.
Rigane dijo que “los dirigentes y el movimiento obrero tenemos que trabajar y entender que sin unidad no tenemos destino. Ojalá, a partir de lo de ayer, podamos seguir desarrollándonos en esa dirección, para actuar conjuntamente contra estas políticas que atacan a los sectores populares, sin distinciones partidarias o ideológicas. Si esto deriva en la necesidad de construir en un nuevo modelo organizativo, creo que bien vale la pena y tiene sentido todo lo que se hizo ayer”.